Lo importante no es como empieza, sino como acaba. Que se lo digan a Salvador y Lidia, que no encontraban la manera de conectar. No se atraían físicamente ni coincidían en el terreno sexual o acercaban posturas acerca de si querían hijos o no.

"Salvador es demasiado tradicional para mí", admitía ante las cámaras Lidia tras declarar él que era una "persona muy ingenua", lo que le ha valido darse unos cuantos batacazos en el amor.

Eso sí, conforme avanzaba la velada en el restaurante de First Dates y acababan de degustar la cena la situación dio un giro de 180 grados. Algo cambió en el ambiente, y es que no hay nada como ir a un nuevo lugar donde se respire una atmósfera diferente... más adecuada. Sonó la bachata y ahí Salvador jugó su baza secreta. El baile no tenía secretos para él y compartieron un momento íntimo que les unió de tal manera que acabaron dando rienda suelta a la pasión en el reservado. Habrá segunda cita, eso sí, Lidia avisa: "en la segunda cita te voy a sorprender". Donde dije digo, digo Diego.