'Pesadilla en la Cocina' lleva ya una década en antena. El programa de Alberto Chicote gira por todo el país buscando restaurantes que necesitan, urgentemente, ser rescatados. Suciedad, mala organización o recetas que dejan mucho que desear son las principales causas del debacle de los establecimientos.

Cuando Chicote entra a un restaurante, los dueños esperan que a su salida el negocio sea todo un éxito. Y en algunos casos es así, pero no en todos. A pesar de que el chef instaure una nueva organización, una mejor carta e incluso reforme el local, depende de los propietarios que, una vez su misión acabe, mantengan lo aprendido.

Los restaurantes de Valencia tras el paso de Chicote

¿Qué ha pasado con los restaurantes valencianos que han salido en 'Pesadilla en la Cocina'? Algunos han triunfado, en cambio otros han cerrado.

La Cueva de Juan (Paiporta)

Emilio, el dueño de este restaurante, pedía cantándole a Chicote que volviese al final del capítulo. Lo que parecía que había terminado bien e iba a ser un éxito, en la realidad no lo fue. Cuando se emitió el programa, unos meses después, el negocio ya estaba en otras manos y los dueños actuales tuvieron que desvincularse de todo lo que se mostró en 'Pesadilla en la Cocina' rápidamente. 

Taberna Lolailo (Valencia)

Alberto Chicote llegó a un restaurante en el que no le gustaba nada de lo que había dentro: ni sus dueños, ni la comida, ni el trato con los clientes. Tras una reforma del local y un cambio integral en la forma de trabajar -hasta donde le dejaron-, el chef se marchó dejando la Taberna Lolailo de nuevo en manos de sus dueños, que solo pudieron hacer una cosa con ella: cerrarla.

Hot Beach (Alicante)

Este restaurante de la costa alicantina tenía entre sus paredes a unos trabajadores de lo más peculiares. Con cucarachas campando a sus anchas por el establecimiento, la intervención de Chicote fue crucial. El restaurante cerró, pero sus dueños poseían otros tres establecimientos en la provincia, por lo que las enseñanzas del chef fueron útiles para ellos. Los dueños confesaron que lo mejor que se llevaron del programa fue "una cocina espectacular y sabrosa".

Foto de archivo de Pesadilla en la Cocina

Da Vinci (Alicante)

Los dueños de este restaurante culparon al programa de Chicote de hundir, más todavía, su negocio. El chef recomendó a los dueños, un padre y un hijo que no se hablaban entre sí, que se centrasen en un único tipo de comida y retirasen la oferta internacional. Este cambio de carta fue, según los dueños, el motivo del cierre del restaurante.

Phoenix (Elche)

Una sandwichería muy peculiar. No había cocinero, por lo que la comida se podía entender que no era de la mejor calidad. La llegada de Chicote no le cayó bien a la persona que 'cocinaba' y servía, por lo que acabaron entre gritos e insultos y el restaurante: cerrado.

El Puerto (Benidorm)

Escenas desagradables con "sorpresas" tras abrir la nevera e investigar los almacenes de la cocina. También con el cocinero, cuya actitud maleducada y déspota no ayudaba a que la cosa saliera adelante (o, al menos, en paz). Alberto Chicote creyó que lo mejor para que el local pudiera sobrevivir era buscar a otro profesional de la zona para que se ocupara de los fogones, y así fue: el local siguió abierto hasta la actualidad.