Ha pulverizado todos los récords habidos y por haber y sigue imparable. Orestes, el conocido concursante de Pasapalabra, el programa de Antena 3 que llena las tardes en muchas televisiones de este país, cumplió el martes 18 de octubre los 260 programas consecutivos y lo ha celebrado como la ocasión lo merecía.

Pasapalabra a le preparó una sorpresa con un emotivo vídeo en el que Orestes recibía la felicitación de algunos exconcursantes y, entre ellos y por sorpresa, otra cara muy conocida en el rosco: Pablo Díaz, quien desde que se hizo con un bote de 1.828.000 vive mucho más apartado del público y las redes sociales. De hecho, hubo parte de la audiencia de Pasapalabra que incluso mostró su preocupación entonces porque Pablo Díaz prefería mantener su silencio y apartarse durante un tiempo del ruido mediático.

Pero el concursante está bien, feliz y contento, y se ha dejado ver de nuevo en Pasapalabra para desearle la mejor de las suertes a Orestes en Pasapalabra y enviarle un regalo que espera que le sea de utilidad y le resulte tan talismán como lo fue para él. Y es que Pablo Díaz llevaba ese regalo puesto el día que consiguió el bote.

Pablo Díaz, en Pasapalabra.

El "mentor" de Orestes

Pero, además de este emotivo momento que el martes 18 de octubre vivió Orestes en Pasapalabra, el concursante también quiso brindarle unos minutos a una persona muy especial en su devenir a lo largo del programa.

Según reveló el burgalés, esta persona es su "mentor" y a quien puede atribuírsele "gran parte del mérito" que Orestes está cosechando en Pasapalabra. Y no porque el concursante no tenga sus propios méritos, sino porque, como él mismo aseguró, es quien le ha enseñado todo lo que sabe para afrontar cada programa y poder permanecer tantas tardes luchando por intentar acertar todo el rosco y embolsarse el bote de Pasapalabra.

"Él estuvo desde mis inicios", confesó Orestes y "me dejó como una reflexión que caló en mí y configuró mi actitud" en este conocido espacio televisivo, uno de los más longevos de la televisión en España.

La persona a la que se refiere Orestes no es otra que un exconcursante de Pasapalabra y, por lo tanto, alguien que sabe bien qué es lo que se siente al enfrentarse cada tarde a un reto como el que plantea cada tarde el espacio de Antena 3. "Fue él quien me enseñó a mantener esta actitud", agregó el burgalés profundamente agradecido, al tiempo que reveló el nombre del exconcursante: Jero Hernández de Castro, conocido también por el público por su actitud deportiva y su eterna sonrisa durante su paso por Pasapalabra.

Jero Hernández de Castro, en Pasapalabra.

Qué ha enseñado Jero a Orestes

Jero Hernández de Castro es otro de los grandes concursantes de Pasapalabra y, cuando Orestes inició su andadura en el programa, le hizo varias recomendaciones que calaron muy hondo en el burgalés. "Me insistió en que debía desarrollar la capacidad de aguantar y que tenía que hacerlo de una determinada forma", contó el actual concursante.

"Fue Jero quien me explicó que la actitud era fundamental y que tenía que estar alegre y disfrutar del camino, de cada programa", porque es una experiencia única. Sólo así, añadió, es posible gozar de esa carrera de fondo que a veces es Pasapalabra y poder hacer frente a los nervios y a la desesperación de ver como cada tarde se vuelve a escapar el bote.

Pero no fue la única enseñanza que Orestes tomó de Jero Hernández de Castro. "También me mostró la importancia de estar siempre concentrado y atento" para no perderse ni un sólo instante de todo lo que está viviendo desde que llegó a Pasapalabra y que, a la postre, es uno de sus puntos fuertes en el programa.

La clave para resistir en Pasapalabra

Pero si hay algo que, a juicio de Orestes, es fundamental para continuar en el programa de televisión de Antena 3 y no desesperarse, no es ni la actitud (pese a ser clave) ni la concentración de la que el burgalés hace gala tarde tras tarde.

Jero Hernández de Castro y Orestes, en Pasapalabra.

"Es algo indispensable", admite el concursante y "tremendamente importante". Y no es sino el "tesón para soportar las malas rachas" que, sí o sí, también se dan entre los aspirantes a hacerse con el rosco de Pasapalabra.

Y es que afrontar un desgaste diario como el que exige el concurso no es tarea fácil, porque los participantes no sólo deben hacer frente a horas y horas de grabación, nervios y estrés por intentar hacerse con el bote, sino que además también tienen que dedicar muchas horas cada día a empaparse de nuevas palabras y conocimientos con el objetivo de convertirse en justos vencedores del programa y embolsarse una cantidad astronómica de dinero.

Pero no es trabajo fácil y de ahí la importancia de mantener intacto el tesón necesario para aguantar y resistir hasta conseguir la victoria, algo que, según Orestes, le debe a su mentor y amigo: Jero Hernández de Castro.