Pasapalabra está que arde. Cada vez más. Y no es de extrañar. El interés por saber si Orestes gana el rosco y el bote de Pasapalabra o, por el contrario, es Rafa quien se lleva el gato al agua es tanto que, cada tarde, millones de españoles se congregan frente al televisor para asistir a un nuevo duelo entre ambos concursantes.

Ya son muchos los programas de Pasapalabra en los que tanto Orestes Barbero como Rafa Castaño se miden mutuamente para intentar conseguir el gran premio, que se sitúa por encima de los dos millones de euros. Y no es para menos, puesto que son numerosas las ocasiones en las que alguno de los dos se ha quedado al borde del éxito.

El último rosco de Pasapalabra

El programa de Pasapalabra emitido el martes 10 de enero es una muestra de ello. En esta edición, el burgalés Orestes Barbero ofreció todo un recital de sabiduría y buen hacer lingüístico. Tan destacada fue su actuación que, mientras que a él sólo le restaba una definición para conseguir el bote de Pasapalabra, su rival, Rafa Castaño, aún tenía varias letras pendientes.

Orestes empezó fuerte. En su primera intervención logró diez aciertos del tirón y sólo se detuvo en la palabra que, a la postre, iba a ser la última que tuviese que afrontar.

Orestes gana el rosco de Pasapalabra con una actuación memorable.

Mientras, su contrincante, Rafa Castaño, iba más poco a poco, como suele ser habitual en él. El sevillano prefiere contestar sólo cuando está totalmente seguro de la respuesta o cuando no tiene ya más remedio. Su estrategia es asegurar en vez de correr, a diferencia de Orestes, que suele lanzarse sin paracaídas en pos de las definiciones.

Así, el de Burgos, en sólo tres intervenciones, ya había completado todo el rosco de Pasapalabra a falta de dos letras: la L y la T. Esta última se la liquidó al comenzar la segunda vuelta, y la primera, la única que le separaba de un bote de 2.032.000 euros, fue la que le dio más quebraderos de cabeza. Así que decidió esperar un poco y pensar.

Su rival, Rafa, se manejaba con mucha más prudencia y aseguraba cada paso hasta que la gran actuación de Orestes lo condenó a tener que empezar a arriesgar si quería al menos empatar. En la segunda vuelta optó por ir completando las definiciones del rosco de Pasapalabra que le quedaban y, finalmente, tan sólo se quedó con las que le resultaban más complicadas.

La cara y la cruz de Pasapalabra

La otra cara de Pasapalabra LMV

Orestes, decidido a ganar el bote de Pasapalabra

Mientras tanto, Orestes, sabedor de que si quería embolsarse el bote de Pasapalabra tenía que lanzarse al vacío y arriesgar, decidió tirarse a la piscina y contestar. "Con la L -preguntaba el presentador, Roberto Leal-, apellido del ilustrado de siglo XVIII autor del libro 'Clarín sonoro de la fama'". Y Orestes respondía: "Lista, Alberto Lista".

Silencio... ojos de interrogación en el rostro de Orestes y Roberto Leal sentencia: "Noooooo... Es Lezaún. Tomás Fermín de Lezaún y Tornos". Y el de Burgos admite que no sabía el nombre, que sólo le sonaba el título del libro.

Es Rafa Castaño entonces quien toma el relevo y apuesta por arriesgar para alcanzar a Orestes y evitar la temida silla azul, que ya ha vuelto después de que Pasapalabra la eliminase momentáneamente como regalo de Reyes a sus concursantes. Pero falla las dos letras que le quedan, la E y la M, y finalmente acepta que en el programa siguiente tendrá que sentarse en la silla azul y defender frente a otro aspirante su derecho a ocupar una de las sillas de Pasapalabra.