Parte de la audiencia de Pasapalabra está que trina. Siempre hay acusaciones de tongo en redes sociales o de favorecer a un concursante en detrimento de otro en función del jugador al que apoye la persona que realiza la publicación. Por supuesto, si uno está en el bando de Orestes, es a Rafa a quien le dan las definiciones más fáciles y, si es al revés, es el de Burgos quien resulta beneficiado por los guionistas del programa.

Huelga decir que nada de esto es cierto y que ambos concursantes, que vuelven por fin a Pasapalabra tras el impasse del especial de Duelo de Campeones, se enfrentan cada día al rosco con idéntico nivel de dificultad. Lo que marca la diferencia es si uno de ellos ha estudiado recientemente los términos que se le piden o no.

Ahora bien, de un tiempo a esta parte, son habituales las preguntas casi imposibles de resolver. No porque realmente sean imposibles, sino porque su grado de dificultad es máximo. Y es a esto a lo que parte del público de Pasapalabra dice basta en redes sociales.

Qué pasa con el rosco de Pasapalabra

Un internauta publicó recientemente un tuit en el que decía estar totalmente en contra de que en el rosco de Pasapalabra se preguntasen apellidos de gente "que no conoce ni el tato". Rápidamente, otros usuarios de Twitter se sumaron a su malestar y bromearon sobre la enorme dificultad que supone para los concursantes algunas de las definiciones que se les plantean.

"Con la F: apellido del cineasta estadounidense que dirigió 'El Guerrero Americano'. Sam Firstenberg. Flipe", alucina un seguidor del programa. Otros le responden en tono más jocoso poniendo ejemplos del nivel que últimamente están adquiriendo determinadas definiciones del rosco de Pasapalabra: "Con la R: apellido del escritor de un libro que se escribió en 1714 que hablaba sobre el apareamiento de los leones". O: "Con la M: apellido del asistente del escribano que tradujo las memorias del marqués de Sade al gaélico en 1876".

Estos comentarios han desatado las risas de otros internautas, que coinciden con estos en la dificultad máxima que presentan algunas de las letras que los concursantes, Orestes Barbero y Rafa Castaño, deben afrontar cada día en el rosco de Pasapalabra. "Yo creo que está amañado", dice uno de ellos, y otro apoya su teoría: "Totalmente de acuerdo. Si quieren, es imposible acertarlas todas".

Pasapalabra: Orestes y Rafa vuelven a verse la cara en el rosco.

De hecho, el bote de Pasapalabra es de momento el segundo mayor que ha dado el programa en toda su historia (está ya cerca de los 2,1 millones de euros) y se encuentra muy próximo de batir el récord de todos los tiempos.

Los duelos entre Rafa y Orestes arrastran a millones de seguidores cada día y brindan a Antena 3 unas cifras de audiencia espectaculares. Tal vez por eso, apuntan los internautas, la cadena de televisión se resiste a permitir que uno de los dos gane ya el rosco, algo que definitivamente haría perder el interés de gran parte de la audiencia, aunque sólo fuera por unos meses.