La pelea por el bote de Pasapalabra no da tregua. Ninguno de los dos concursantes que desde hace meses luchan por intentar completar correctamente el rosco del concurso y embolsarse así un bote histórico que está a punto de alzarse como el mayor de toda la trayectoria del programa da su brazo a torcer y ambos, tanto Rafa Castaño como Orestes Barbero, se afanan por acumular un acierto tras otro.
La estrategia de cada concursante es muy diferente. De hecho, no tienen nada que ver entre sí, pero ambos proporcionan duelos inolvidables que no hacen sino incrementar la expectación de los televidentes por saber cuál de los dos será quien, finalmente, se lleve el bote de Pasapalabra.
Rafa y Orestes: cómo juegan en Pasapalabra
Rafa Castaño se caracteriza por ser un concursante prudente, comedido y seguro, que avanza poco a poco en el rosco para asegurar cada respuesta y tratar de evitar los errores en la medida de lo posible. Esta actitud le granjea la antipatía de parte de la audiencia, que ve a Orestes más generoso y a Rafa como un estratega.
Orestes Barbero, por su parte, es todo lo contrario a Rafa: impulsivo y con prisa, suele hacer gala de tirones de infarto en los que acierta una definición tras otra, aunque esa emoción a veces le juega malas pasadas y le endosa errores que, de haberlos pensado un poco, habría evitado. Ese comportamiento le vale tanto felicitaciones como críticas, ya que también hay una parte de la audiencia que considera que juega a lo loco y de manera soberbia.
Esos errores tempranos visitaron a Orestes, precisamente, en el programa de Pasapalabra emitido el miércoles 22 de febrero de 2023, cuando nada más comenzar el rosco cometió su primer fallo. Fue en la segunda palabra, la B, y el error lo sentenció.
De hecho, durante el resto del programa casi siempre fue en desventaja respecto a Rafa, aunque a éste aún le faltasen muchas definiciones por responder. Y es que un error en Pasapalabra y al nivel en que juegan ambos concursantes es algo casi letal.
Giro de guión de Rafa en Pasapalabra
Rafa fue poco a poco, como es habitual en él y ya jugando solo, puesto que Orestes se había plantado en 22 aciertos y dos fallos. El sevillano encaró las últimas definiciones de su rosco con prudencia y consiguió alcanzar los 22 aciertos, lo que le daba matemáticamente la victoria de Pasapalabra debido a que no contaba con errores en su haber.
Sin embargo, Rafa Castaño decidió jugársela y, contrario a como suele jugar, de repente se arriesgó en dos palabras y falló ambas. Eso lo colocó al mismo nivel que Orestes y lo hizo empatar con él, un comportamiento con el que daba un auténtico zasca a todos aquellos espectadores que tildan a Rafa de egoísta y estratega.
Su rival, Orestes, al ver que habían empatado y que por lo tanto ninguno de los dos iría a la silla azul en el siguiente programa, se sorprendió y contestó a la amplia sonrisa de Rafa con otra idéntica y una pregunta: "¿Pero qué pasa tío?" mientras los dos se felicitaban y abrazaban tras haber superado, un día más, otro concurso de Pasapalabra.
