Espectacular. Sólo así puede definirse lo vivido en el rosco de Pasapalabra. El bote está en la meteórica cifra de 2,122 millones de euros, a punto de marcar un nuevo récord como el mayor premio de toda la historia del programa y, mientras, los concursantes siguen deparando una sorpresa tras otra.

Tanto Rafa Castaño como Orestes Barbero llevan meses enfrentándose cada tarde para intentar conseguir completar correctamente el rosco de Pasapalabra y embolsarse así los más de dos millones de euros de recompensa. Son muchos programas los que llevan a sus espaldas y el duelo permanente entre ambos ha generado una expectación sin precedentes que congrega diariamente a millones de espectadores ante el televisor.

Y, aún así, pese a todos los concursos protagonizados por Orestes y Rafa, sus cara a cara no dejan de sorprender a la audiencia. El último, el vivido el jueves 9 de febrero, fue realmente extraordinario, con una remontada espectacular que llevó a uno de los jugadores a ganar el rosco de Pasapalabra y a dejar a su rival en la peligrosa silla azul. Todo un alarde de sabiduría y buen hacer.

Un rosco de Pasapalabra muy reñido

El rosco de Pasapalabra comenzó como es habitual, con uno de los concursantes marcando un ritmo rápido y efectivo. Era Orestes Barbero, quien empezó con seis aciertos del tirón y ni una sombra de duda en sus respuestas.

Su contrincante, Rafa Castaño, por su parte, seguía fiel a su estrategia: pocas y medidas contestaciones, con apenas dos o como mucho tres palabras resueltas en cada turno. Mientras, Orestes seguía a velocidad de crucero con el rosco de Pasapalabra y llegó a la segunda vuelta en apenas cuatro turnos.

Sólo le quedaban tres definiciones para conseguir un pleno y llevarse el bote de Pasapalabra. Sin embargo, sabedor de que no conocía las respuestas a la perfección, prefirió no arriesgarse y dejar correr el tiempo antes que jugársela y cometer un error. En el programa anterior, Orestes ya había quedado condenado a la silla azul precisamente por precipitarse, así que esta vez optó por ser prudente y plantarse con 22 aciertos.

Orestes y Rafa llevan meses intentando hacerse con el bote de Pasapalabra.

Rafa Castaño quedaba así solo ante el rosco de Pasapalabra, con apenas cinco palabras resueltas y ya sin opción de poder meditar las respuestas dado que era el único que jugaba tras el plante de Orestes. Casi todo un rosco por delante, la presión sobre él, muchas definiciones por responder, sin tiempo para reflexionar y, a pesar de todo, Rafa obró el milagro.

El sevillano contestó una pregunta tras otra, pausado, sin dejar entrever los nervios que debía llevar por dentro y, poco a poco, fue remontando la prueba hasta quedar empatado con Orestes. "Con la L -recitó el presentador de Pasapalabra, Roberto Leal-, braserillo para calentarse los pies". Rafa pensó si jugársela o no (un error lo habría llevado a la silla azul, pero un acierto podía hacerle ganar el programa), sopesó sus posibilidades y decidió lanzarse a la piscina: "Librete". Respuesta correcta y Rafa Castaño, nuevo ganador de Pasapalabra.