Noche tras noche cientos de miles de personas se sientan frente al televisor para disfrutar de uno de los programas más anecdóticos de la parrilla: First Dates. El formato de Cuatro reúne a sus invitados, que buscan el amor en una romántica velada, que bien puede ir sobre ruedas, pero que también en muchas ocasiones acaba siendo un verdadero desastre. 

Los espectadores de First Dates están acostumbrados a conocer a través del programa a personajes de lo más pintorescos. A menudo los carácteres de quienes se sientan en la misma mesa para disfrutar de la cita a son demasiado incompatibles. Por otra parte, otra situación que suele darse es que la tensión sexual entre ambos se palpa incluso a través de la pantalla. Sea como sea, siempre se acaban generando situaciones de lo más surrealistas en el plató 'del amor'

Jaume y Yolanda fueron dos de los últimos invitados que acudieron al programa en busca del amor. Él es un hombre que ha decidido huir de las aglomeraciones de las grandes ciudades, y de hecho le molesta hasta que el cartero invada su intimidad. Por ese motivo vive en un municipio de tan solo diez habitantes. Es una persona casera y una de sus aficiones es ir a montar en bici a la montaña.

Ella, por su parte, es una mujer que está tratando de reencontrase consigo misma después de que su marido fallecese tres años atrás. Es madre de tres hijos y actualmente no está trabajando porque se estaba dedicando tiempo al sentirse un poco perdida.

Desde el minuto uno a Jaume le ha gustado el físico de Yolanda, y ha dejado claro que le parece "un bombón" y que, además, "el pelo le conjunta con la ropa" que vestía en la cita. Yolanda, por su parte, opinaba que la cita había ido rodada, algo que él no compartía. El mallorquín se ha sorprendido cuando la de Alicante le ha dicho que es alérgica al pelo de perro, y es que resulta que él tiene dos canes y uno de ellos duerme con él en la cama.

Por otra parte, el soltero ha prejuzgado a su cita al vivir en la Comunitat Valenciana porque según explica, cuando piensa en los valencianos le vienen a la mente cosas como "Tetas, titos, bro… y eso me repugna. No puedo con el chonismo", ha sentenciado. Por si fuera poco, también ha preguntado a Yolanda si habla catalán porque "el castellano no es mi lengua y me siento incómodo hablándolo", asegura.

Cuando ella le ha dicho que sí quería repetir, él le ha enumerado los motivos por los que lo suyo no podía ser. La alergia, el idioma, la distancia… Una pena.