Pasapalabra sigue siendo el programa rey en las tardes de la televisión en España, donde diariamente consigue espectaculares datos de audiencia. A ello contribuyen mucho los concursantes del espacio, ya que el interés de los telespectadores se dispara cuando los duelos entre ambos son constantes y equilibrados.

Nadie quiere perderse ni un programa por si ese, justamente, es cuando uno de ellos consigue el bote o, peor aún, falla y tiene que abandonar por sorpresa el concurso. Y esto no es tan raro: todo lo contrario. Han sido varios los concursantes que, después de aguantar meses en Pasapalabra, de pronto han visto cómo un simple traspié da al traste con su participación. Ya le pasó a Jaime cuando se enfrentaba a Orestes, a Fer cuando se medía con Moisés Laguardia o, más recientemente, a Nacho Mangut cuando se enfrentó a la silla azul. Y ahora le ha tocado a Manu sentarse en la silla azul cuando cumplía 149 programas.

Manu, en la silla azul de Pasapalabra

El madrileño, que hace semanas ya tuvo que despedirse de quien había sido su rival durante meses, se ha tenido que sentar él mismo en la temida silla azul, la prueba inicial de Pasapalabra que más de una vez ha enviado a los concursantes a su casa de manera directa.

Manu llegó allí después de que su actual contrincante, Rosa, ganase en el programa anterior y, por lo tanto, lo condenase a él a tener que luchar por su permanencia en Pasapalabra.

El concursante encaró la prueba temeroso por lo que podía implicar pero sabedor de que era la única forma de regresar al programa y seguir intentando conseguir el bote de Pasapalabra, que ya roza con los dedos el millón de euros.

Así que Manu afrontó con entereza la silla azul y recibió al que iba a ser su inmediato rival: Roberto, maestro de Primaria y recién llegado de Palma de Mallorca. Éste eligió la letra V para el duelo, mientras que al madrileño le tocó la C.

El enfrentamiento fue vibrante y emocionante a más no poder, puesto que Roberto llegó más que preparado para la ocasión. Fueron 11 rondas de preguntas para ambos hasta que, finalmente, el balear dio su brazo a torcer al no acertar la palabra vademécum. Instantes después, la catástrofe se confirmó al fallar la siguiente cuestión y, por tanto, quedar eliminado de Pasapalabra.

Roberto y Manu, en la silla azul de Pasapalabra. A3

Un mensaje de motivación

Sin embargo, el aspirante no quiso irse del programa sin enviar un mensaje dirigido a sus alumnos y, sobre todo, a sus hijos, tal y como él mismo reveló. "Quiero reivindicar la cultura del esfuerzo -afirmó-. Llegar hasta aquí era mi objetivo. He estudiado, me he preparado y aquí estoy. Lo he conseguido".

Así que, continuó Roberto, "quiero decirles a mis alumnos y, sobre todo, a mis hijos que el objetivo que uno tiene hay que trabajárselo, perseguirlo y llegar a él". Sólo así, indicó, se pueden conseguir las cosas que uno desea, como fue su caso, aunque no pudo continuar en el programa. Tal vez en otra ocasión.

Mientras, Manu, por su parte, se encaminó hacia la silla del equipo azul para afrontar un nuevo concurso más de Pasapalabra e intentar hacerse con el bote.