Última oportunidad para un concursante de Pasapalabra

Tanto Rosa como Manu llevan semanas en el programa y tienen al público en el bolsillo

Rosa y Manu se felicitan tras superar un nuevo Pasapalabra.

Rosa y Manu se felicitan tras superar un nuevo Pasapalabra. / A3

Un millón de euros en juego. Eso es lo que tiene ahora mismo Pasapalabra, cuando la emoción es máxima. Los dos concursantes, el ya veterano Manu y la casi recién llegada Rosa, se miden cada tarde en las pantallas de Antena 3 televisión para intentar ser el primero en completar correctamente el rosco y llevarse el jugoso bote de Pasapalabra.

No es tarea sencilla. De hecho, cada vez el rosco es más complicado: se ha convertido casi en una misión imposible sólo apta para personas extraordinariamente preparadas. Pero a veces la flauta suena y uno de los concursantes completa las 25 definiciones y se embolsa todo lo que acumula el bote de Pasapalabra. Ya lo dijo en su momento el último ganador del bote, Óscar Díaz, quien aseguró que la suerte se había decantado por él pero igual podía haberlo hecho por su rival de entonces, Moisés Laguardia.

Ahora, la pelea se juega a dos bandas: una por el bote y otra por salvarse de la silla azul, la única prueba que pone en riesgo la participación de los concursantes y que puede suponerles una expulsión directa del programa. De hecho, ha habido ya varios ejemplos de aspirantes históricos de Pasapalabra que han tenido que dejar el concurso al no superar la silla azul: Jaime, Fer o, hace muy poco, el mismísimo Nacho Mangut. Y, como todo el mundo sabe, la historia siempre se repite.

Una peligrosa silla azul

En el último programa de Pasapalabra, Rosa fue la encargada de afrontar la silla azul dado que había perdido estrepitosamente en el último programa, cuando acumuló varios errores. Ella lo sabía y así lo admitió al presentar la prueba: "Hay veces que no solo se te cruza una palabra sino varias", se justificó, al tiempo que se mostró preparada para conocer a la nueva aspirante, una nueva concursante que podría acabar siendo su verdugo.

Frente a ella llegó Mar, una madrileña que es diseñadora de interiores y que lo primero que hizo fue enviar dos saludos que tenía prometidos: uno a su madre y otro a su jefe. Asimismo, Mar pidió permiso para saludar también a todos sus compañeros, aunque especificó que quería hacer mención especial a esas dos personas: Coralia, su madre, y Denís, su jefe.

La aspirante también explicó que era una amante de la arqueología y la cocina, aunque no llegó a explicar en qué utilizaría el dinero que acumula el bote de Pasapalabra en caso de superar la silla azul y completar correctamente todo el rosco. No es de extrañar, puesto que, según explicó, estaba "un poco nerviosa".

No es para menos. La actriz Alicia Borrachero, una de las invitadas de la semana en Pasapalabra, aseguró que ella intentaba siempre jugar a la silla azul pero que reconocía lo complicadísimo que es en plató: "Una cosa es estar en casa y, otra muy distinta es aquí, con el público, los focos, los nervios... no tiene nada que ver. Aquí es muchísimo más difícil", afirmó.

Sin embargo, Mar no demostró apenas los nervios y jugó muy bien, tanto que se pusieron en marcha varias rondas de preguntas. Ella se decantó por la letra M para enfrentarse a la silla azul, mientras que Rosa se quedó con la T. Al cabo de unas cuantas preguntas, Mar tropezó con la palabra modorra, que no logró acertar, y poco después con monovolumen, lo que le valió el segundo error y, por tanto, su expulsión.

Mar y Rosa, en la silla azul de Pasapalabra.

Mar y Rosa, en la silla azul de Pasapalabra. / A3

"Lo hicieron fenomenal"

Rosa, por su parte, consiguió superar la silla azul y volvió de nuevo a sentarse en el plató para enfrentar un nuevo Pasapalabra contra Manu. Al presentar a los invitados que ese programa tenían que ayudarla, quienes estaban muy preocupados por firmar una buena actuación y conseguir muchos segundos, Rosa volvió a hacer un ejercicio de humildad y señaló de nuevo sus errores: "Ellos lo hicieron fenomenal el último día; la que lo hizo fatal fui yo", destacó.

Aún así, la concursante señaló que había sido una jornada fatídica en el concurso pero que, afortunadamente, había logrado superarla y ahora debía seguir mirando hacia adelante, así que optó por pasar página y afrontar el nuevo reto y el nuevo programa. "Borrón y cuenta nueva", sentenció.

Y así fue, puesto que Rosa presentó batalla, como siempre, y llegó brillantemente hasta el rosco de Pasapalabra, la llave para acceder al millón de euros que el bote acumula en la actualidad.

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