Adiós a Rosa de Pasapalabra: "Hay días que vienen cruzados"
La concursante pierde frente a Manu
Rosa ha sido la nueva incorporación permanente a Pasapalabra tras la inesperada salida de Nacho Mangut, un histórico del programa que llegó de nuevo al plató para intentar hacerse con un bote que roza ya el millón de euros.
Sin embargo, después de intensas semanas de duelos diarios con Manu, el extremeño tuvo que abandonar Pasapalabra al no poder superar la temida silla azul, la única prueba que implica una eliminación directa del programa. Su lugar parece haberlo ocupado ahora Rosa, una joven de extraordinario nivel que está dando mucha guerra a Manu, aunque también a ella le ha tocado enfrentarse con una situación límite.
La actuación de Rosa en Pasapalabra
Aunque no fue Rosa la que provocó la salida de Nacho Mangut de Pasapalabra, es cierto que es ella la que parece haberse hecho con su silla, puesto que ya cuenta con más de una decena de programas a sus espaldas y todo apunta a que su trayectoria en el concurso será un suma y sigue.
Pese a todo, en el último programa, Rosa ha visto como su buena racha se esfumaba y la prueba reina se le escapaba de las manos. ¿El resultado? Ocupar la silla azul y enfrentarse en el siguiente concurso a un nuevo aspirante que, en caso de ganarle, la echaría automáticamente del espacio.
Y así fue. Rosa tuvo que ver cómo su rival hasta la fecha, Manu, empezaba Pasapalabra cómodamente sentando en la silla naranja, mientras ella tenía que pelear y realizar un esfuerzo extra para conseguir la silla del equipo azul.
Su adiós podía estar muy cerca, ya que en caso de no superar al aspirante, ella podría correr la misma suerte de Nacho Mangut: dos errores y a su casa, sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar las 20.000 pesetas, tal y como reza una de las tarjetas de castigo de un conocido juego de negocios de los años 70.
Rosa estaba nerviosa (no es para menos) porque veía peligrar su participación y su continuidad en Pasapalabra. Así lo reconocía ella misma cuando Cristina, la azafata de Pasapalabra, presentaba la prueba. "Hay días que vienen cruzados", afirmaba la concursante refiriéndose a su participación en el anterior programa, cuando había quedado sentenciada a la silla azul tras perder en el rosco de Pasapalabra.
Frente a ella se plantó Juanma, un joven de Mutxamel que estudió psicología pero que actualmente trabaja de mecánico de bicicletas. El alicantino decidió jugar con la letra L y descartó la D, que quedó para Rosa.
Ambos comenzaron muy bien, respondiendo sin dudas y rápidamente. Sin embargo, al cabo de cuatro o cinco definiciones, Juanma se atascó en una de las preguntas y eso le costó el primer error de la tarde. Sólo le quedaba una posibilidad más y, en caso de desaprovecharla, estaría eliminado.
Turno ahora para Rosa, que resolvió eficientemente definición. Le tocaba entonces a Juanma, a quien los nervios ya le habían jugado una mala pasada. Y tal vez precisamente por eso, por los nervios, volvió a fallar la siguiente pregunta, con lo que Rosa se salvó y, después de despedirse de su rival en la silla azul, corrió encantada a tomar posesión de la silla que acababa de ganarse. Podía comenzar ya un nuevo programa de Pasapalabra con los concursantes de las últimas semanas: Manu y Rosa.
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