Siete años después de marcharse con un decepcionante final, 'Dexter' vuelve. Uno de los asesinos en serie más carismáticos de la televisión regresará con una novena temporada el año que viene. ¿Será el desenlace que no se atrevieron a darnos?

'Dexter' sólo podía terminar de una manera y cuanto más trágicas fueran las circunstancias en las que acabaran sus andadas, mejor. Pero Showtime no quería renunciar a su gallina de los huevos de oro que tantos momentos de gloria le dio hace una década. Su resurrección llega en un momento en que la cadena se estaba quedando sin series. 'Homeland' ya ha acabado, 'Ray Donovan' fue cancelada tras una desastrosa séptima temporada, 'Shameless' emite su entrega final y la resurrección de 'Penny Dreadful' ha sido un fracaso. Así que 'Dexter' llega en el momento perfecto... para la cadena de pago, necesitada de éxitos.

Uno de los escollos a los que tendrá que enfrentarse la vuelta de 'Dexter' es que el panorama televisivo no es el mismo del de sus días de esplendor. Eran los tiempos del antihéroe. El reinado de Don Draper en 'Mad Men'; de Walter White en 'Breaking Bad'; del doctor House en la serie que llevaba su nombre; o de Toni Soprano en el clásico de HBO.

Dexter era aparentemente un tipo encantador, pero con un inconfesable secreto. Era un asesino en serie. Acuchillaba a sus víctimas durante un sofisticado ritual y las arrojaba al fondo del mar envueltas en plástico. Y aún así el público no quería que lo cogieran. El truco estaba en que Dexter sólo mataba a los malos. A personas que habían salido impunes de sus crímenes por culpa de lagunas en el sistema.

El trabajo de Dexter como forense de la Policía de Miami le daba acceso a historiales en los que buscar a sus víctimas. El problema fue que hubo un momento en que los objetivos del conocido como el Carnicero de la Bahía ya no procedían de errores judiciales, sino que era su propio ejecutor quien propiciaba esas lagunas para arrojarlas a sus brazos. Su hermanastra Debra (Jennifer Carpenter) era la mejor detective de Homicidios.

El carisma de Michael Carter Hall hizo mucho por el ascenso de 'Dexter' al Olimpo de las series. Y eso que el actor venía de otro título mítico: 'A dos metros bajo tierra'. Cuando un actor protagoniza una serie de gran éxito, corre el riesgo de quedarse encasillado en ese personaje para siempre. No fue así en este caso. Nada tiene que ver su David Fisher al frente del negocio fúnebre familiar con su Dexter Morgan. Ambos tratan de cerca con la muerte y sostienen imaginarias conversaciones con su padre difunto. Pero por lo demás poco en común tienen uno y otro.

De Rita a Hannah

Dos fueron los grandes amores de Dexter en la serie. El primero de ellos fue Rita (Julie Benz). Un personaje por el que todos sentimos compasión. No sólo por las circunstancias de su salida de la serie, sino porque sabemos que Dexter no la ama y su relación con ella sólo era una coartada para aparentar normalidad ante el mundo. Puede que otros prefieran a Hannah McKay (Ivonne Strahovsky), con quien Dexter parece encontrar su media naranja durante las últimas temporadas, ya que ambos comparten la afición por causar la muerte del prójimo. Su personaje es de obligada aparición y más ahora que la actriz es una de las estrellas de 'El cuento de la criada', como la pérfida Serena Joy.

Dexter tiene dos fases claramente diferenciadas: antes y después de Trinity. El villano encarnado por John Lithgow apenas pudo ser superado por todo lo que vino luego. También algo influiría que a estas alturas de la serie hub oun cambio de guionista al abandonar la producción Melissa Rossenberg, que pocos años después triunfó para Netflix con 'Jessica Jones'. Su ausencia también se notó.

A partir de la sexta temporada de Dexter, se inició un camino abocado al final de las andanzas del asesino en serie. En el último momento, nos arrebataron ese final glorioso y trágico. Un desenlace cobarde con el que el personaje era encerrado en un armario para no renunciar a la posibilidad de hacer secuelas y con el que se cargaron de un plumazo el sendero construido en los tres años previos. Un giro que, en circunstancias normales, habría levantado la ira de los fans. El problema es que estaban todos dormidos con una temporada final que había sido aburrida y a la que ni el carisma de Charlotte Rampling salvaba de la quema. Showtime debía a los fans de 'Dexter' un nuevo final y parece ser que ésa es la intención. Veremos si esta vez van en serio.