La Tardana es un tipo de uva que se ha adaptado a lo largo del tiempo al clima mediterráneo continentalizado de la comarca de Requena-Utiel. La planta está acostumbrada a los inviernos fríos, primaveras con heladas, a la sequía, y la gruesa piel de sus granos soporta mejor que otras las inclemencias del tiempo, los veranos calurosos, las tormentas estivales y los granizos. Además es de ciclo largo, es la última en ser vendimiada a finales de octubre, incluso después de las negras, algo que ha hecho que algunos viticultores se vuelvan a fijar en ella por la amenaza del Cambio Climático Global. Esta variedad mediterránea, conocida también como Planta Nova, es poco frecuente fuera de la provincia de Valencia, donde está autorizado su cultivo tanto como uva de mesa como para vinificación, lo que hasta hace unos años permitía a los viticultores estar abastecidos de fruta y obtener ingresos extra vendiéndola en los mercados. Los racimos más grandes se colgaban en las fresqueras de las casas y se tomaban tradicionalmente con las 12 campanadas de Fin de Año.

La pasada campaña Félix Martínez Roda, director técnico y gerente de Bodegas Vera de Estenas, presentó ´El Bobal de Estenas´, un tinto de nuevo cuño elaborado «a la antigua usanza» utilizando los centenarios depósitos de hormigón del subsuelo de la bodega y sometiéndolo a crianza en tinajas tradicionales de 60 arrobas de capacidad, el equivalente a 950 litros, de las que se empleaban en la zona hasta principios del siglo XX. En él destacan los recuerdos a frutas negras y florales, que reflejan el carácter de la Bobal, su viveza, frescor y el nervio de sus taninos. Ahora, el bodeguero acaba de sacar al mercado ´La Tardana de Estenas´, también edición limitada a 4.000 botellas de un blanco monovarietal de esta casta de uva al que pretende dar cierta complejidad con la crianza en tinaja. Los racimos se despalillan y los granos, ligeramente rotos, maceran unas horas a baja temperatura para extraer los matices frutales más sutiles contenidos en el grueso hollejo. Tras un prensado muy suave fermenta en hormigón con las levaduras autóctonas del terreno y del entorno de la bodega. Su posterior permanencia en tinaja durante dos meses le proporciona la microoxigenación necesaria a través de los poros de la terracota, algo parecido a lo que ocurre en la crianza en barrica de roble, incluso hay algo de concentración, pero sin los aromas y sabores que transmiten las maderas y sus tostados, que pueden enmascarar los atributos primarios de la fruta.

Este Tardana de Estenas es de color oro rosa pálido. Tiene aroma de buena intensidad a frutas blancas frescas, peras, manzanas, albaricoque, piel de plátano, notas cítricas, recuerda a una macedonia de frutas, es floral y perfumado, con matices minerales. Amable en el paladar, es sedoso, graso, aterciopelado, con cierto cuerpo, equilibrado, con frescura. Recién salido muestra una chispa de acidez y ligero amargor final. Con persistencia. Como comer un racimo de uvas.