València ha acogido hace apenas unos días la presentación de la nueva añada de los vinos de la bodega de Rueda Belondrade. Hasta aquí no dejaría de tratarse de una presentación más. Pero detrás de Belondrade hay una historia forjada a contracorriente que este año alcanza sus bodas de plata.

Didier Belondrade llegó a Valladolid en 1994. Había dejado su puesto de directivo en Air France con la ilusión de poner en marcha un sueño personal: crear un blanco de estilo eminentemente francés en una zona donde los blancos de Verdejo ya tenían cierto prestigio en el mercado. Hasta ese momento, en Rueda, las barricas eran poco más que un elemento decorativo, pero Didier estaba convencido del gran potencial de envejecimiento de la Verdejo, y decidió, de la mano de la enóloga Marta Vaquerizo, apostar por un blanco fermentado y criado en barrica sobre sus lías, algo que chocaba frontalmente con la política que imperaba en la zona, y que pasaba por la elaboración de vinos de añada.

La apuesta funcionó, y Belondrade logró en apenas un par de añadas posicionarse como todo un referente entre los vinos de alta gama de la DO Rueda. Belondrade y Lurton ha sido (sigue siendo) una magnífica tarjeta de presentación para la bodega, pero también un punto de inflexión para una zona demasiado habituada a priorizar la cantidad por encima de la calidad.

Ensamblaje de parcelas

En la actualidad, Didier ha comenzado a ceder el testigo a su hijo Jean, quien sigue apoyándose en Marta para definir la personalidad de unos vinos que reflejan de manera fehaciente como ha sido cada añada en el campo. A excepción del rosado (Quinta Clarisa) que se elabora con Tempranillo y un pequeño porcentaje de Syrah de una única parcela, los otros dos vinos de la compañía (Belondrade y Lurton y Quinta Apolonia) son el resultado del ensamblaje de las 22 parcelas que cultiva actualmente la firma en la zona de La Seca. Unos vinos hechos para vencer el tiempo, con una grandísima capacidad de guarda que rompe con los tópicos de los blancos de Rueda y que, después de 25 años, se han posicionado entre los mejores blancos elaborados en nuestro país.