Primero fue el viñedo y la agricultura, a la que se dedicaban desde hacía varias generaciones los antecesores de Sara Jové, en el actual Mas Blanch i Jové, bodega que gestiona junto a sus padres y hermano en La Pobla de Cérvoles, en Lleida. Después llegó la sensibilidad por el arte de la mano del artista Josep Guinovart (Barcelona 1927-2007), amigo de la familia. Junto a él solía poner la mesa para comer entre las viñas e imaginaba esa extensión de la naturaleza como una galería al aire libre, en un espacio habitado, vivo, accesible para todo el mundo que pasase por allí, con su visión libertaria de la vida.

Así es como nació La Vinya dels Artistes, un lugar que fusiona arte y vino en una gran sala de exposiciones abierta a todos. Aquí se encuentran esculturas e instalaciones de grandes proporciones de artistas como Carles Santos, Joan Brossa, Susana Solano, Evru, o Frederic Amat, que conviven entre cepas y olivos. En la bodega cuelga «In Vino Veritas», de Guinovart, homenaje al vino que preside la sala de catas; y cubre las paredes de la nave de barricas un impresionante mural, «Entre el Cel i la Terra». Gregorio Iglesias pintó el lienzo de 60 metros de longitud extendido a lo largo del camino durante casi dos meses, trabajando día y noche, con lluvia y nieve.

De la Vinya dels Artistes sale el Troballa Blanc, hecho con Garnacha Blanca de cultivo ecológico a más de 700 metros de altitud. Fermentación espontánea con levaduras salvajes y 4 meses de crianza en huevos de hormigón. Un vino de color pajizo, rico en aromas a fruta blanca (peras), plantas aromáticas (manzanilla), con evocación mineral. Untuoso en el paladar, con frescura, sabroso, mineral y salino. Como cada una de sus botellas, ésta contiene una pequeña obra artesanal que el tiempo ha pulido para procurar placer, inspiración y sosiego a quien la bebe.