En las tierras valencianoparlantes la palabra trellat se utiliza en la actualidad para referirse a la sensatez o a sacar un provecho, aunque normalmente es para referirse a la falta de ambas cosas. Y, como dicen los entendidos, 'd'on no hi ha, no es pot traure'. Pero cuando se dice de alguien que es un 'jove de trellat', se trata de 'un chico de provecho'.

Y este es el nombre que han elegido Juan Antonio Domènech y su hijo Adrián para su vino joven, porque está meditado para que tenga su estructura pulida y sea amable al paladar. El origen de Celler Gurgu se remonta a 1988, cuando plantaron un viñedo en el término de Gorga, en la comarca alicantina del Comtat. Empezaron elaborando para autoconsumo y vendían el resto de la uva, pero con la ayuda de enólogos amigos se animaron a vinificar su producción para elaborar algo más de 6.000 botellas. El vino más serio que hacen es el Gurgu Selecció, un tinto de Monastrell, Syrah y Cabernet Sauvignon con 15 meses en barricas de robles americano y francés. Es de color picota, con aromas de fruta negra madura, balsámico, con notas especiadas. Tiene cuerpo medio, con tanino amable, sedoso, con estructura.

El vino básico de la bodega es el mencionado Jove de Trellat, hecho con las mismas tres varietales. Tiene un breve paso por barrica y lo ensamblan y embotellan un año después de su cosecha, cuando el vino se ha redondeado y está en su mejor momento. El Jove de Trellat es de color rojo picota con tonalidades amoratadas. Aromas a frutas rojas maduras y en compota, con recuerdos a plantas aromáticas. En boca es de cuerpo medio, sabroso y goloso. Acertada elección como vino de copeo y para hacer una picaeta con espencat, sang amb ceba y continuar con una cucharada de pericana sobre un par de huevos fritos. Y quedamos a la espera de probar su nueva experiencia con uvas de Giró fermentadas en tinaja.