Durante las últimas centurias, el sector vitivinícola de la Comunitat Valenciana ha evolucionado, de forma paralela, a la producción de las diferentes bodegas que se han ido implantando en todo el territorio valenciano. Una de ellas ha sido la familia Gandía que, con una trayectoria de casi 140 años, ha sido testigo de la evolución del sector del vino y uno de sus principales motores de desarrollo. 

Primero desde el puerto de Valencia, distribuyendo por todo el mundo los vinos que se producían en zonas que hoy forman parte del territorio de la Denominación de Origen Valencia, y ya en la década de los años setenta del pasado siglo veinte creando marcas que han consolidado a esta zona de producción como una de las de mayor proyección internacional gracias a etiquetas como Castillo de Liria; un sello que, a fecha de hoy, sigue siendo uno de los principales embajadores del vino con DO Valencia por todo el mundo.

Dirigida en la actualidad por la cuarta generación de esta saga de vinateros, Bodegas Vicente Gandía lleva años explorando en el mercado de los vinos de alta gama. Conscientes de la importancia de tener el control en todo el proceso (desde los métodos de cultivo empleados en el viñedo hasta la crianza y posterior embotellado), hace unos años adquirieron una de las fincas vitícolas de mayor valor de la DO Valencia, Casa Gallur, una extensión de algo más de setenta hectáreas enclavadas en un entorno privilegiado a seiscientos metros sobre el nivel del mar.

Clas de Gallur, uno de los buques insignia

Con algunas de las mejores uvas que se cultivan allí, Vicente Gandía ha creado uno de los buques insignia de la bodega, Clos de Gallur, un tinto de la cosecha de 2019 elaborado con uvas de Syrah, Tempranillo y Cabernet Sauvignon del que apenas se han producido 20.000 botellas. Presentado con todos los honores a principios de año en el restaurante Bon Amb de Xàbia (2 estrellas Michelín y 4º puesto en el ranking de los 55 Mejores Restaurantes de la Comunitat Valenciana de Levante-EMV), será una de las estrellas en esta 16ª Noche del Vino de la DO Valencia.

La última joya: Ceramic Monastrell

Junto a Clos de Gallur, la bodega aprovecha su presencia en la Noche del Vino para mostrar otra de sus últimas joyas, Ceramic Monastrell, un tinto elaborado con algunas de las mejores uvas de esta variedad tan típica de Valencia que tiene su principal elemento diferenciador en el tipo de crianza. Pepe Hidalgo, director técnico de la bodega y tercera generación de una estirpe de contrastada trayectoria en el mundo de la viticultura y la enología) ha apostado por un tipo de crianza combinada en la que el vino alterna su estancia en barricas de roble y tinajas de barro. El resultado es un sorprendente tinto cargado de fruta y de elegante mineralidad que ha tenido una magnífica acogida tanto en el mercado (en algo menos de un año está presente en restauración y comercio especializado) como entre los profesionales, recibiendo excelentes críticas de los prescriptores más reputados del país.

Ceramic Monastrell es una de las últimas joyas de la bodega Vicente Gandía. Sensio Duart

El Miracle

Otro de los sellos que no pueden faltar en un momento tan señalado para el sector como el de la Noche del Vino es El Miracle. La marca nació coincidiendo con el 120 aniversario de la bodega Vicente Gandía como sello conmemorativo efímero, pero su buena penetración en el mercado empujó a los Gandía a dotarle de mayor recorrido, con apuestas como El Miracle Art (con vinos tan sobresalientes como El Miracle by mariscal) y, desde hace un par de añadas, y coincidiendo nuevamente con una efeméride señalada como la del 135 aniversario de la fundación de la compañía, con una línea de vinos compuesta por tres referencias: El Miracle N.º 3, un aromático blanco elaborado con uvas de Macabeo, Moscatel, Malvasía y Merseguera; El Miracle N.º 5, un fresco y elegante rosado de Bobal; y El Miracle N.º 1, un tinto lleno de matices hecho con uvas de Bobal y Cabernet Sauvignon. 

La marca El Miracle nació coincidiendo con el 120 aniversario de la bodega Vicente Gandía. ED

Con una insuperable relación calidad-precio, la colección El Miracle 135 representa la apuesta de la bodega por las uvas autóctonas de la Comunitat Valenciana. Además, la puesta en escena es otro de sus grandes valores, con unas botellas exclusivas, diseñadas específicamente para  estos vinos, que han sido motivo de reconocimiento en diversos certámenes internacionales de diseño.