La historia de Viñas del Portillo es la de una familia vinculada al mundo del vino desde 1955, cuando José Vicente Herrera y su hijo Rafael decidieron embarcarse en la aventura de producir y comercializar sus propios vinos: ofrecer el mejor producto posible al consumidor y potenciar el carácter mediterráneo de sus elaboraciones como elemento diferenciador con respecto a otros caldos.
Casi siete décadas después, la tercera generación de esta familia de vinateros —representada por los hermanos José y Rafael Vicente Soucase— no sólo ha mantenido esa filosofía, sino que la ha reforzado creando unos vinos apoyados en las variedades de uva más mediterráneas.
En la actualidad, Viñas del Portillo es una bodega de corte familiar de profunda tradición en la Denominación de Origen Protegida Valencia y un bien ganado prestigio por una saga de vinateros que han realizado un gran trabajo a lo largo de décadas al servicio del sector del vino.
En la decimosexta edición de la Noche del Vino de la DO Valencia, la bodega volverá a ser, una vez más, foco de interés por la singularidad y calidad de sus vinos.
Vinos de autor que destacan por su gran calidad
La compañía trabaja para definir una colección de vinos adaptados a las nuevas tendencias de consumo tanto en el ámbito local como fuera de nuestras fronteras, siempre sin dejar de lado su identidad y firmando vinos en clave valenciana.
Cuentan con unas modernas instalaciones recientemente ampliadas para poder procesar hasta 700.000 litros, habilitando además nuevas oficinas y una sala de catas perfectamente equipadas donde degustar sus vinos.
Dentro de la línea ‘Cañas y Barro’, la bodega ha completado una interesante colección de vinos de altas prestaciones. El más reconocido es el blanco de Malvasía (47 %), Merseguera (47 %) y Moscatel (5 %), un vino singular, de alta intensidad aromática y un marcado carácter mediterráneo que se plantea como fiel reflejo de las cualidades de las tres uvas blancas más típicas de estas tierras valencianas.
Con la misma marca elaboran también un elegante y sutil rosado, cosmopolita, aromático y frutal que se elabora con uvas seleccionadas de la variedad Tempranillo y que traslada a la copa toda la frescura y frutosidad de esta uva tan extendida en la Península Ibérica.
Con el sello ‘Albufera’ la bodega cuenta ya con dos referencias diferentes. El primero, ‘Albufera’, es un tinto hecho con uvas de Monastrell y Tempranillo con una breve crianza de algo más de tres meses en barricas de roble que le confiere una interesante complejidad sin perder el carácter que le imprimen las uvas de Monastrell.
La última incorporación a esta gama de tintos es ‘Albufera Selección’, un vino de Garnacha y Syrah que se caracteriza por su frescura y su carácter frutal y que se ha convertido en uno de los principales exponente del nuevo perfil de vinos que se produce en el ámbito de la Comunitat Valenciana.
La bodega también ha desarrollado un interesante proyecto en torno al enoturismo conjugando la cultura del vino con el patrimonio cultural del entorno donde se ubica su bodega.
Así, desde hace meses organizan de manera periódica catas comentadas en el emblemático Castillo de Buñol, construcción que data del siglo XII y que es uno de los pocos de España que está habitado en su interior por población civil.
Enoturismo: disfrutar del vino de forma integral
La propuesta de la bodega incluye una cata comentada de sus mejores vinos con un picoteo de productos típicos de la zona, una visita guiada al Castillo de Buñol y acceso a los museos arqueológico y etnológico.
Además, con la ampliación del equipo comercial, la bodega también amplía su entorno de acción llegando a dar un mejor servicio si cabe a sus clientes habituales del canal Horeca y tiendas especializadas, abriendo mercado en España y en el extranjero.
Por otro lado, y desde la parte técnica de la bodega con su enólogo Rafael Vicente al frente, también conocido como "el mago del vino", cabe destacar el vino Albufera Original Tinto, que en breve pasará de ser un roble a ser un crianza con gran potencia aromática a tostados, frutos secos y vainilla y un pase por boca, en la línea del enólogo, equilibrado y con un retronasal largo y persistente.
