El antiguo caserío de Casa Lo Alto data de finales del siglo XVIII, aunque muchos de los pinos y monte bajo que rodean la construcción ya estaban allí mucho antes. Se trata de un entorno privilegiado, en el término municipal de Venta del Moro y en el entorno del Parque Natural de las Hoces del Cabriel.

Tradicionalmente, los lugareños la han considerado como una de las mejores fincas vitícolas de la zona. Ha pasado por las manos de varios propietarios (cada uno con una manera de entender el mundo del vino), hasta que en 2017 el grupo vinícola Schenk decidió adquirirla para reforzar su presencia en España, donde ya cuenta con Bodegas Murviedro

La operación era importante para los suizos, pero también para el enólogo Víctor Marqués, hasta entonces en el Departamento Técnico de Murviedro y ahora responsable de la finca Casa Lo Alto.

El antiguo caserío de Casa Lo Alto data de finales del siglo XVIII. ED

Marqués ha trabajado desde el primer momento con una idea clara: extraer todo el potencial de las 60 hectáreas de viñedo con las que cuenta y obtener vinos puros que hablen de la viña y su entorno con nitidez.

Apuesta por varietales autóctonos

Casa Lo Alto ocupa una extensión de 150 hectáreas (60 de viñedo, 30 de almendros y otras 60 de monte mediterráneo). Inicialmente, Marqués trabajó en la recuperación de aquellas viñas que entendía más debilitadas, la identificación de todas las parcelas para definir los vinos y la apuesta por varietales autóctonos en desuso como la blanca Tardana, con la que tiene previsto reinjertar algunas hectáreas del viñedo

Ya en bodega, Marqués apuesta por los depósitos de hormigón y los fudres de roble para elaborar sus vinos

«Estamos en el Mediterráneo, una zona cálida, y creo que ese es el factor que nos debe marcar a la hora de concebir los vinos. Con el hormigón tenemos una microoxigenación que aporta viveza al vino y lo deja más nítido. Luego, los fudres de roble, de mucha más capacidad que las barricas convencionales, nos aportan ventajas como esa microoxigenación que comentamos, pero se muestran mucho más respetuosos con el vino», afirma el enólogo.

En la actualidad, la bodega cuenta con tres vinos distintos, todos de producción muy limitada

  • Manzán. Un tinto elaborado con uvas de Bobal de los viñedos más viejos de la propiedad.
  • Rocha. Otro tinto, en este caso de Garnacha, elaborado con las uvas de una parcela plantada en 1980.
  • Trena. Un blanco elaborado con Tardana, variedad autóctona de vid con uvas de hollejo grueso y ciclo largo, muy bien aclimatada al ecosistema del interior de la provincia de Valencia a más de 700 metros sobre el nivel del mar.

La minuciosa rehabilitación de la casa que da nombre a la bodega ha dado pie a desarrollar un muy interesante proyecto enoturístico.

Casa Lo Alto se abre al enoturismo

Todos los días de la semana la bodega permite visitas guiadas, adaptándose al horario de los visitantes. La visita comienza en lo alto de la finca, desde donde se contempla el maravilloso paisaje que la rodea.

Casa Lo Alto elabora sus vinos con fudres de roble, que permite la microoxigenación. ED

Tras un paseo por el viñedo para conocer en primera persona las variedades autóctonas de la zona, se muestra todo el proceso de elaboración, incidiendo en la apuesta por la elaboración de vinos de paraje de características únicas. 

La visita finaliza con una cata de los tres vinos que en la actualidad elabora la bodega.

Además de la visita guiada, Casa Lo Alto cuenta con una vivienda con cinco habitaciones dobles completamente equipadas y con baños individuales. 

Se trata de una casa decorada con todo lujo de detalles y equipada para poder disfrutar de una escapada con encanto que permite disfrutar de una experiencia en plena naturaleza.