De modo que el aparato propagandístico ha conseguido que la sequía sea el tema estrella de los contenidos informativos y que, no se sabe bien por qué, beneficie al PP de la Generalitat y castigue al PSOE del Gobierno de Zapatero. Y resulta que los ayuntamientos valencianos no cumplen con su obligación de redactar un plan de emergencia ante situaciones de sequía como la que estamos atravesando en este momento y se podría empeorar en los próximos meses. No hacen falta ya más datos para reconocer que este asunto se ha convertido en un lamentable instrumento demagógico de intereses partidistas en el que muy pocos, los más afectados, se han puesto manos a la obra para tratar de salvar lo mínimamente salvable y los demás se sirven de la desesperación de los agricultores para conseguir resonancia en sus mensajes. Ya se ha empezado a argumentar que el Gobierno no ha previsto bien los pasos a dar y resulta que en un gesto de irresponsabilidad los ayuntamientos, como si no fuera con ellos, no han previsto qué hacer cuando llegue, que llegará, lo peor.