La Comunitat Valenciana volvió a cerrar el trimestre pasado como la autonomía con mayor grado de endeudamiento de toda España: el 15,1% del PIB o lo que es lo mismo, 3.545 euros por habitante. Entre los meses de enero y marzo, la deuda se disparó un 16%, el mayor incremento trimestral durante los siete años de Gobierno del actual presidente de la Generalitat. Aún así, el aumento fue inferior al 28,4% que registró el conjunto de comunidades autónomas. En términos absolutos, la deuda valenciana se mantiene en segunda posición, sólo por detrás de Cataluña.

Son datos que casan mal con la política de austeridad y recortes que los diferentes países han tenido que adoptar —y en especial España— forzados por la crisis. Precisamente esta semana el Consejo de Política Fiscal y Financiera dio el visto bueno al plan de reequilibrio de la Comunitat, que prevé una reducción del gasto del 11,8% con un descenso de ingresos del 9%. Unas previsiones que dificultarán aún más la devolución de esa deuda que, además, la pasada semana vio como las agencias de calificación rebajaban la calidad de las emisiones, lo que encarecerá la captación de recursos en los mercados.

La herencia recibida de los Gobiernos anteriores y la gestión económica desarrollada a lo largo de estos años no ha permitido aliviar esa deuda que atenaza ya en estos momentos las inversiones y pagos más básicos.