Tras dos años de desencuentro, la Conselleria de Turisme y la compañía aérea de bajo coste Ryanair firmaron ayer la paz y la empresa irlandesa reabrirá el próximo mes de noviembre su base en el aeropuerto de Valencia. Ese mismo mes, pero de 2008, cerró el centro de operaciones que tenía y dejó de operar varias de las rutas que consideraba deficitarias. La justificación para el cierre fue la negativa del Consell a firmar ayudas por valor de un millón de euros; el acuerdo suscrito ayer representa una aportación final de 800.000 euros por parte de la Administración.

Se trata de una buena noticia para el aeropuerto valenciano. Tras el cierre de la base, el número de pasajeros cayó en picado, en coincidencia también con el estallido de la crisis. Sin embargo, en mayo el aeródromo de Manises ha registrado un aumento del 18,1% en el número de pasajeros de vuelos de bajo coste. El aumento de 10 nuevas rutas por parte de Ryanair deberá representar una importante inyección para el turismo de la ciudad, tal como lo fue en su momento y reivindicaban los empresarios del sector. De hecho, con sus previstas 31 rutas y 260 frecuencias semanales, la compañía prevé transportar dos millones de pasajeros al año.

Además, el aeropuerto se beneficiará de la iniciativa de Jet Ready, en la que participan empresarios valencianos, y que ofrecerá vuelos de bajo coste en reactor privado. Ambas novedades son síntomas de la prevista reactivación del mercado turístico, de la que la Comunitat Valenciana será una de las principales beneficiarias.