Pocos podían sospechar que esta vez sí, al séptimo intento, los diez magistrados participantes en el debate sobre la constitucionalidad del Estatuto de autonomía catalán iban a poder fallar favorablemente. El método de la presidenta, de votar por bloques, ha permitido lo que ya parecía un milagro: que se pudiera sacar adelante un texto al que el PP, el Defensor del Pueblo y algunas otras instituciones más habían presentado sendos recursos. Finalmente, hay que celebrar que, casi cuatro años después de su aprobación por el Parlament y las Cortes españolas, y después de que hayan sido elaboradas varias normas emanantes del Estatut, se disponga del fallo, aunque algunas de las primeras reacciones, procedentes de agrupaciones nacionalistas, hayan resultado especialmente alarmistas. Cabe suponer que no les habrá complacido que una docena de artículos hayan sido desestimados por inconstitucionales, y otra quincena deberán ser interpretados en su correcta validez. Para muchos, eso supone una desautorización flagrante del Estatuto propuesto por los políticos, y acaso por la sociedad catalana. Para otros, se trata, sencillamente, de que cada cual ha cumplido su correspondiente cometido: el TC avala la mayor parte del Estatut, por lo que, aunque haya sido interminable la deliberación, finalmente se ha despejado un asunto que había movido a reclamar la incompetencia de los propios magistrados, que no habían sido capaces, hasta la fecha, y durante casi cuatro años, de llegar a un fallo y elaborar una sentencia.

Manuel Aragón se ha constituido el hombre clave de los debates, y ahora se menciona su nombre como uno de los juristas sobre quienes podría recaer la presidencia del propio TC. Porque la consecución de un fallo y una sentencia abre finalmente la puerta a la deseable renovación del Tribunal, tan largamente esperada. También estará por ver el efecto que este fallo y sentencia del Estatut tendrá sobre otros estatutos de autonomía inspirados por los artículos de este debatido texto catalán. Pero todo eso es adelantar acontecimientos.