Quiero salir al paso de las declaraciones del presidente del PP y de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, contra la web de la Generalitat catalana en la que se apropian de la cultura e identidad valenciana. Esta web es otro episodio más de piratería catalanista, un auténtico expolio por parte de las instituciones catalanas de nuestra cultura y una tomadura de pelo a los valencianos a sabiendas de la debilidad de nuestro Gobierno autonómico y del presidente Camps. Pero tambien quiero dejar muy claro que mientras la academia oficial de la Generatitat Valenciana diga barbaridades como que «el valenciano es catalán» y se siga dando catalán en colegios y universidades después de 16 años de gobierno del PP, Camps está deslegitimado para erigirse como defensor de lo valenciano. Camps sabe la que se le viene encima y vuelve a envolverse en la Senyera para hacer un quiebro a una situación, la suya particular, de consecuencias cada vez ya más previsibles y que le apartarán definitivamente de la política.

Tras 16 años emitiendo TV3 en la Comunitat Valenciana con la complacencia popular, después de haber creado el PP, pese a tener mayoría absoluta, la catalanista Academia Valenciana de la Lengua que nos cuesta a los valencianos 700 millones anuales, pese a que nuestros hijos siguen recibiendo catalán en los colegios, institutos y universidades, pese a que seguimos teniendo un Canal 9 fuertemente catalanizado y pese a que el Ayuntamiento de Valencia diera licencia para la apertura del Centro Cultural Octubre, propiedad del grupo radical catalanista Acció Cultural de País Valencià, junto a la plaza del Ayuntamiento de Valencia, yo me pregunto ¿qué credibilidad le queda al PP para enarbolar e intentar liderar la defensa de lo valenciano?

Camps sólo practica un valencianismo de bla, bla, bla y por eso los catalanes se ríen de él y, lo que es peor, de los valencianos. Ambas cosas son indignantes. Camps y el PP sólo se acuerdan de la identidad valenciana cuando llegan las elecciones y luego, durante cuatro años, se cruzan de brazos ante todas las agresiones y discriminaciones que sufre nuestra Comunitadt. Ahora, el PP vuelve a airear la cláusula Camps en lo que no es más que una bravuconada y fanfarronada de quien se sabe perdedor y prácticamente fuera del juego político. La debilidad de Camps y su falta de credibilidad hacen que nuestra Comunitadt no sea respetada por nada ni por nadie. Ni por su propio partido, el PP, que tanto en Aragón como en el Congreso de los Diputados fueron capaces de votar, en 2007, a favor del Estatuto de Aragón, donde en su artículo 19 se prohíbe el transvase del Ebro a la Comunitat Valenciana. Desde que Zaplana, Agramunt, Gil Lázaro y Ramón Llin votaron a favor de Aragón y contra el transvase del Ebro, ¿con qué cara se presentan estos señores ante los valencianos?

Comprendo que haya gente que no quiera oír esto. Y que le gustaría que centrara mis ataques en Cataluña y los catalanes. Pero a cada uno lo suyo. Después de tantos años luchando puedo deciros que nuestros peores enemigos son la indiferencia y pasotismo de la sociedad valenciana —su meninfotisme— y el tener una clase política de perfil muy bajo sin influencia en la política nacional como sí la han tenido otras comunidades españolas. Si Coalició Valenciana estuviera en la Generalitat y en el Congreso de los Diputados en Madrid, seguro que otro gallo cantaría. A los catalanes y a todos los que no hacen nada por defender a Valencia y los intereses de los valencianos.

Presidente de Coalició Valenciana