Desde hace ya algunos años, el 9 de octubre es el Día de la Comunidad, que también podía haberse denominado, del Reyno de Valencia. La memoria de esta fecha ha quedado fresca a través de los siglos, gracias a que la Catedral, desde siempre —aun cuando no se estilaban las autonomías—, desde el nueve de octubre de 1238 celebra la fiesta de su dedicación, en el mismo día en que don Jaime recuperó la ciudad a los musulmanes. Desde su origen fue una festividad muy popular y alegre, con un carácter muy acentuado de acción de gracias por haberse liberado del dominio islámico y poder practicar con plena libertad la religión cristiana.

Ahora bien, como canónigo enamorado de la Catedral y fascinado desde siempre por la historia local, me atrevo a proponer alguna sugerencia respecto al orden de los actos de este día. Para la Catedral es ante todo la fiesta de su dedicación. De su nacimiento. Algo que se celebra primordialmente en las primeras Vísperas y en la misa solemne conventual. Creemos que las Vísperas habrían de tenerse no a las cinco de la tarde, sino hacia las ocho para que la gente pudiese acudir. Haciendo una discreta campaña de propaganda y proporcionando unas hojitas con cantos para que los fieles participen. Seguro que hay personas sensibilizadas por el tema que acudirían.

En cuanto a la misa, también habría que ambientarla más previamente. Es verdad que nuestro arzobispo don Carlos la preside desde que está entre nosotros, lo que ha contribuido a dignificarla, pero no es suficiente. Acaso convendría celebrala no a los nueve treinta, sino hacia las once como tiene lugar en las grandes solemnidades. Y en el altar mayor, no en la capilla del Santo Cáliz, en la que transcurre desapercibida para muchos. Y qué menos que alguna lectura en lengua valenciana en el día de nuestra Comunidad. Más tarde, después de un conveniente espacio de descanso, el Te Deum con la presencia de las autoridades y otras instituciones.

Ésta es una propuesta sin ánimo de importunar a nadie, pero para estudiar su viabilidad y que contribuya a que se pueda comprender mejor, si cabe, la fiesta de la dedicación de la Seo. Un organismo vivo que permanentemente se está actualizando, en la medida de lo posible, con restauraciones y mejoras de tipo estético, como ha sido ahora la repristinación del suelo que desde los años cuarenta en que se colocó nunca se había tratado y ahora brilla espléndidamente.