La noche temática (sábados, La 2) cumple quince años. Felicidades. Para celebrarlo, La 2 programa en el mes de octubre cuatro documentales representativos de la esencia del programa durantes estos años. El primero, titulado La persecución de los nazis y emitido el pasado sábado, se ocupó de Simon Wiesenthal, el famoso «cazador de nazis», y de Beate y Serge Klarsfeld, un matrimonio de abogados judíos que dedicaron su vida a llevar ante la justicia a responsables del nazismo. En el documental vimos a Eichmann, a Mengele, a los jerarcas nazis procesados en Nuremberg, y las siempre demoledoras imágenes de los campos de exterminio nazis. Pero el documental de La noche temática era recomendado para mayores de 18 años. ¿Por qué?

Es cierto que el relato de las atrocidades nazis es de una dureza extrema y casi insoportable, pero contra el pesimismo de la inteligencia que hizo posible los campos de exterminio siempre es posible oponer el optimismo de la voluntad de no volver a repetir los mismos errores. Si Eichmann, Mengele, Goering y Mauthausen nos empujan al pesimismo, la convicción de que documentales como La persecución de los nazis pueden servir para que nuestros hijos entiendan y aprendan la lección es necesariamente optimista.

Hannah Arendt cita en su imprescindible (y optimista) ensayo Eichmann en Jerusalén unas palabras del nazi Adolf Eichmann, uno de los mayores criminales de la historia, que sobrecogen por su absoluta idiotez moral: «Quienes ostentaban el poder en Alemania abusaron de mi obediencia». En los institutos debería leerse el libro de Arendt sobre Eichmann y el porqué del nazismo junto con los poemas de Neruda y las novelas de Vargas Llosa.