Como en los últimos años, en el mes de octubre se conmemora la Semana contra la Pobreza, para recordarles a los gobiernos de 189 países el compromiso adquirido, en el año 2000, para disminuir el porcentaje de pobreza en el mundo y mejorar las condiciones de vida de la población más vulnerable. Según datos de la Organización de Naciones Unidas, el número de personas que vive en pobreza extrema ha aumentado hasta alcanzar la cifra de 1.400 millones. Ya son casi mil millones las que pasan hambre a diario en todo el planeta. Los resultados de la Cumbre de Revisión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, realizada el pasado mes de septiembre, reflejan la escasa prioridad que los gobiernos le han dado al tema.

Se trató, en general, de un encuentro planteado desde la visión de los países del norte, ante una débil participación de los países del sur y de la sociedad civil en su conjunto. Se habló de transparencia, eficacia de la ayuda y rendición de cuentas, pero sin profundizar en la responsabilidad mutua y compartida entre países donantes y sus socios. En resumen, ha habido una falta de compromisos calendarizados y vinculantes, y se ha aceptado que los ODM no se alcanzarán de continuar la misma línea de trabajo e inversión de estos últimos diez años. Se destacó, eso sí, que aún pueden cumplirse si se realiza un trabajo integrado, de cara a los próximos diez años.

Ante este panorama internacional, el mapa de la cooperación al desarrollo desde la Comunitat Valenciana se pinta también desde las buenas palabras, pero con escasos compromisos cumplidos. Incluso, en los últimos días, han trascendido mediáticamente supuestas anomalías administrativas en la adjudicación, gestión y justificación de algunos proyectos financiados por la Generalitat Valenciana. Ante este escenario, hoy más que nunca, es indispensable movilizarse y exigir ética y transparencia a quienes nos gobiernan. Sobre todo, recordarles su compromiso político adquirido de aportar el 0,7% de los presupuestos de la Generalitat a cooperación al desarrollo, tal como lo establecen la Ley de Cooperación al Desarrollo y el Pacto Valenciano Contra la Pobreza, firmados en 2007 y en 2009, respectivamente. Por ahora, sólo el 0,21% se destina para tal fin.

En el marco del Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza, y como broche final a toda esta semana de actividades reivindicativas organizadas desde la Plataforma Pobreza Cero, esta misma se realizarán diversas manifestaciones contra la pobreza, bajo el lema «La crisis no puede ser excusa. Pobreza cero, las personas primero». Esta es la oportunidad para visualizar el descontento ciudadano que existe ante incumplimientos políticos y prácticas poco éticas. Porque no se trata de decisiones que sólo afectan a «los de allí», sino de un penoso estilo de hacer política que empieza a caracterizar a la Comunitat Valenciana y que afecta profundamente a su imagen. Se trata, en definitiva, de decir no a un sistema plagado de injusticias, arbitrariedades e intereses creados. Se trata de decir, por encima de todo, las personas primero.