El acuerdo sobre la financiación de las escuelas de música entre la Conselleria de Gobernación y la FSMCV es una buena noticia porque desactiva y diluye un conflicto entre instituciones. No debemos desperdiciar esta oportunidad. Es el momento de realizar un debate sereno sobre el modelo global de financiación vinculado al modelo de gestión y proyecto educativo que establezca una solución a largo plazo: la sostenibilidad de nuestras escuelas. Y para ello, nada mejor que la corresponsabilidad y colaboración. Pues las enseñanzas de música tienen un primer problema: son caras. Se organizan en grupos reducidos y se necesita bastante tiempo para obtener resultados educativos razonables. Un segundo problema: los titulares de las escuelas de música son nuestras sociedades musicales con déficits económicos estructurales.

¿Por qué la Administración debe financiar estas enseñanzas no regladas ni obligatorias, destinadas mayoritariamente a la formación de aficionados, donde no existe ninguna dificultad para repercutir su coste en su alumnado? Hay suficientes razones que justifican esta aportación pública:

1. La educación y la práctica musical son un impresionante valor social y un elemento identitario. Son 287 escuelas y 33.930 alumnos.

2. La red de conservatorios públicos no garantiza la educación musical a todos los ciudadanos/as.

3. La intervención del sector público en estas escuelas produce muchos beneficios encadenados: impacto formidable en el empleo, dinamización cultural y de ocio, etc. En 2009 tuvimos 22.678 horas de contrato y 2.983 profesores.

4. La necesidad de ayudar a la población con rentas más bajas que no pueden pagar íntegramente estos servicios tan costosos.

Pero ¿cómo las financiamos? ¿Y qué podemos hacer para asegurar su viabilidad? Es necesaria la corresponsabilidad en la financiación de todos los sectores y administraciones. Y el dinero público ha de ser destinado a aquellas escuelas que demuestren su adecuación al contexto y garanticen la calidad educativa. Por ello:

1. Es necesario pasar de la subvención a la colaboración con la firma de convenios con las sociedades musicales. La subvención es en cierta manera un parche que no persigue la tan esperada «sostenibilidad».

2. Algunos ayuntamientos se están implicando mucho, pero deben establecerse con claridad sus aportaciones en esta financiación.

3. En las sociedades musicales, el proyecto educativo debe ganar más presencia y, de esta manera, justificar los recursos recibidos.

4. Los usuarios deberán sufragar una parte. Reciben grandes beneficios: contribución al pleno desarrollo de la personalidad, posibilidades de inserción laboral y un proceso educativo de calidad unido a un proceso de socialización.

En Cataluña, las escuelas de música atienden a 21.705 alumnos/as. La contribución de la Generalitat en 2006 era de 7,2 millones de euros, 18.2 millones de euros eran facilitados por los ayuntamientos y 9,7 millones por los usuarios. En este proceso, nuestras sociedades musicales y la FSMCV contribuirán con su aportación descomunal: instalaciones, bancos de instrumentos musicales, la experiencia de su profesorado, agrupaciones musicales y la gestión integral de estas escuelas. De esta manera, cada euro que destinemos a nuestras escuelas será rentabilizado y devuelto con grandes beneficios sociales. Todo parece indicar que el conseller Castellano está iniciando ya las actuaciones necesarias.

Director del Conservatorio Profesional de Torrent