La crisis de gobierno acometida ayer por Zapatero, que ha aumentado el perfil político del Ejecutivo situando en una posición hegemónica a Rubalcaba y dando entrada a Jáuregui, ha supuesto una pérdida de peso político de la Comunitat Valenciana en el gabinete. La salida de la hasta ahora vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, cabeza de lista socialista por Valencia, evidencia la posición débil y de escasa influencia del socialismo valenciano en el Gobierno, máxime cuando, bajo el mandato de Zapatero, hubo hasta dos vicepresidentes —Solbes y la propia De la Vega— y dos ministros, Jordi Sevilla y Bernat Soria. En el nuevo gabinete, la única representación valenciana ha quedado en manos de Leire Pajín, ministra de Sanidad. La misma Pajín ha disminuido, a su vez, su capacidad de decisión en el PSOE, donde ha sido sustituida por Marcelino Iglesias, «barón» aragonés. Su influencia, que se extendía en el socialismo valenciano desde su doble condición de «número tres» del PSOE y de dirigente asentada en las comarcas alicantinas, ha mermado considerablemente, lo que favorece al líder del PSPV, Jorge Alarte, sobre el que actuaba como contrapeso.

Ninguno de los tres cabezas de lista electorales por las provincias de Valencia, Castelló y Alicante —esto es, María Teresa Fernández de la Vega, Jordi Sevilla y Bernat Soria— se sientan hoy en el Congreso de los Diputados. La pérdida de peso valenciano, tanto en el Gobierno como en el PSOE, es indiscutible.