Un joven de veinte años, detenido ayer en la localidad almeriense de Viator acusado de corrupción, había obtenido imágenes de seiscientas

menores desnudas o semidesnudas mediante amenazas, tras haber utilizado alrededor de quinientos perfiles diferentes en las redes sociales. El detenido, que llegó a crear 976 vídeos con las imágenes de sus víctimas y que tenía enlaces a páginas web de pornografía infantil, constituye un nuevo caso de la cara más oscura de las redes sociales, al que, desgraciadamente, se ha llegado otra vez demasiado tarde. Y el problema es que jamás se podrán conocer las cifras reales del acoso que sufren los menores por internet, una situación sobre la que ya se han lanzado numerosas advertencias desde la Fiscalía, la Policía y la Guardia Civil. Las Fuerzas de Seguridad, a través de sus grupos especializados, cumplen de forma metódica con su cometido: el desmantelamiento de estos falsos perfiles y la detención de los delincuentes. Pero hay otra actuación, la preventiva, en la que se producen numerosas lagunas. Los expertos han avisado que los menores acceden a la red, una herramienta ya habitual, sin ser suficientemente conscientes de los riesgos a los que se enfrentan. Y en esta parte de la prevención es indispensable la educación y el compromiso de los padres y el personal docente, explicando los peligros de colgar fotos sin saber a dónde van a ir a parar, facilitar datos personales o contactar con desconocidos que pueden estar utilizando identidades falsas.