Viaje a Tarragona. Encuentro con los responsables del Centro de Cambio Climático de la Univesitat Rovira i Virgili. Una brillante iniciativa que lidera un grupo de geógrafos entusiastas bajo la dirección de Manola Brunet, una de nuestras especialistas más cualificadas en tratamiento de series de datos climáticos con reconocimiento internacional. Después de un domingo de poniente ventoso, el lunes amanece fresco en Tarragona y a mediodía no hace calor a pesar de que el sol ilumina con fuerza desde lo alto. Y coincidimos en afirmar que este verano, de momento, está siendo muy normal. Es cierto que hemos pasado tres o cuatro días muy calurosos, pero el resto de jornadas, desde que comenzó el verano, ha tenido unos registros térmicos acordes con el mes en que estamos. Nada que ver con aquel verano de 2003 que algunos nos auguraban para este año. Entramos en las tres semanas teóricamente más calurosas del año, pero, por lo pronto, los pronósticos para estos próximos días no anuncian grandes calores. Incluso puede escaparse algún chaparrón. Los veranos se catalogan una vez concluidos. Adelantar su carácter, incluso antes de que comiencen, corre el riesgo de no acertar. Este verano transcurre bajo los parámetros de la normalidad. Cosa distinta a lo que está ocurriendo al otro lado del Mediterráneo y en el mar Negro, donde el calor está apretando de lo lindo.

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