Todavía está caliente la letra impresa de la ordenanza que destierra el lenguaje sexista en el Ayuntamiento de Valencia y una de las entidades que tiene como presidenta de su patronato a la alcaldesa Rita Barberá, Feria Valencia, se despacha con la promoción de un certamen en la que la prestigiosa empresaria Carmen Lomana tilda a los novios de meros complementos en su propia boda. No es de extrañar que asociaciones de mujeres y de hombres hayan saltado como un resorte a protestar por la inoportuna composición. La igualdad es para todos, señores de la feria de Fiesta y Boda. Todo el mundo sabe cuál es el papel del que se casa en una ceremonia matrimonial, pero tampoco es necesario que se pregone a los cuatro vientos y que se cubran las marquesinas de la EMT con esa verdad templaria. Aunque uno sospecha que lo que peor ha sentado a los discrepantes es la mera posibilidad de que Lomana haya cobrado su caché por ningunear a los varones casaderos.