Sí, lo «confieso». Semanas antes de que estallara el caso Gürtel y la policía registrara la sede de Orange Market en la calle Colón de Valencia tras detener a su presidente, yo comí con Álvaro Pérez en un restaurante de la zona. Tras 27 años de profesión puedo asegurar que he estado en muchas citas, mejores y peores, como cualquier otro periodista. Fue un almuerzo prenavideño a petición suya. De cortesía entre un empresario que se sentía perjudicado por las informaciones que sobre él publicaba Levante-EMV y uno de los subdirectores del mismo. En el juicio que se sigue contra Francisco Camps y Ricardo Costa se escuchó el martes una grabación en la que Pérez comenta con el alcalde de la Nucía que había comido con director y subdirector de esta casa (falso) y que le habían pedido publicidad a cambio de dejar de fustigarle (indignantemente falso). Puede que eso fuera lo que estaba en su cabeza. Pero ni lo planteó, ni el que suscribe le habría dado pie ni tragado con eso. Él lo sabe. Y los lectores también.