La última subasta del Banco Central supuso una inyección de liquidez de 490.000 millones de euros a 523 entidades financieras (casi todos los bancos de Europa) a un plazo de tres años y a un tipo de interés del 1%. Para que nos demos una idea, esta cifra de medio billón equivale a la mitad del PIB español en un año. De este río de fondos, ¿cuánto ha correspondido a los bancos españoles? Pues aunque parezca extraño, no se ha dado a conocer. Ciertamente parece inconcebible y sospechoso que, en los tiempos que vivimos de información en tiempo real y transparente, las entidades españolas (excepto BBVA y Sabadell) hayan ocultado la suma que han solicitado, aunque se estima que asciende a una cantidad entre 75.000 y 100.000 millones de euros.

Lo que ha pretendido el BCE con esa barra libre de lluvia de millones es enviar un mensaje a los mercados internacionales, poniendo de relieve que respaldará en cualquier circunstancia al sistema financiero y a sus instituciones, facilitando también por esta vía la compra de deuda de los europaíses en dificultades.

Ustedes se preguntarán: con esta cascada de liquidez, ¿empezará a restablecerse el flujo de crédito a familias y empresas tan necesario para fomentar el crecimiento productivo y reducir el paro? Pues, queridos lectores, me temo que no. Miren ustedes, si tenemos en consideración que el sector bancario español tendrá vencimientos de deuda en 2011 por un importe de 125.000 millones de euros y otros 80.000 en 2013, a lo que hay que añadir los activos tóxicos con exposición de riesgo al ladrillo que ascienden a otros 176.000 millones (con solamente 55.000 provisionados) y que, además, necesitan una nueva recapitalización mínima de 26.000 millones para cumplir con las exigencias europeas, queda perfectamente claro que los bancos únicamente van a utilizar la ayuda del BCE para resolver sus propios problemas de financiación.

Bien es cierto que, temporalmente y a muy corto plazo, habrá un exceso de liquidez que los bancos irán colocando en deuda soberana española que les renta el 3, el 4 y hasta el 5%. Estas operaciones, más cómodas y facilonas que los préstamos a pymes y familias, se conocen como carry trade y les proporcionan, casi sin riesgo, rentabilidades muy sustanciosas ya que, como les dije, el tipo de interés al que han conseguido esos fondos en el Banco Central Europeo ha sido del 1%.

Limpiar los balances. Para que el crédito llegue con fluidez a la economía real productiva, es necesario primero limpiar los balances de las entidades financieras, segregando o provisionando los activos inmobiliarios problemáticos y, al mismo tiempo, llevar a cabo un proceso definitivo de fusiones que de lugar a bancos bien capitalizados y solventes para restablecer la confianza de los mercados y que vuelva a funcionar con normalidad el interbancario. Mientras tanto los problemas de fondo seguirán estando ahí, retrasando la salida de la crisis.