Un aficionado o quizá un profesional, que de todo hay oculto bajo pseudónimos por los foros de meteorología que abundan en internet, recordaba ayer al resto de colegas que desde hace semanas los modelos a medio plazo recuerdan la imagen del palo y la zanahoria. En las modelizaciones a más de 15 días aparecen cambios significativos. Se rompe la circulación actual y por fin se abren paso las borrascas y hasta entradas frías acompañadas de levantes que traerían, de cumplirse, abundantes nevadas por el Mediterráneo. Sin embargo, poco dura la alegría de quienes gustan de emociones más fuertes en la meteorología. Cuando mejor pintan los modelos, anunciando lluvias y nevadas que alimenten los ríos y las estaciones de esquí, aparece una nueva salida, la burbuja se deshincha con un bluff y todo se desactiva... El palo nos golpea y la zanahoria se desplaza unas horas hacia adelante.

Eso es exactamente lo que ocurrió ayer y lo que sucedió hace 48, 72 , 96 o 120 horas. En fin, que nada se puede hacer contra los elementos. Lo dijo un rey para justificar el desastre de la «Invencible» y lo corroboramos nosotros. Decir que en cualquier momento todo puede cambiar es una obviedad. Puede ser... Sin embargo, la realidad de ahora mismo es un panorama marcado por un sol omnipresente, solo escondido por algunas nieblas matinales, temperaturas anormalmente altas como las de ayer, y heladas que, de producirse, serán muy flojas. Y así hasta dentro de 15 días. Para corroborarlo, todavía ayer, en Requena, una de las ciudades más frías de la Comunitat Valenciana, había geranios con su flor y en los pinares la gente buscaba rebollones como en otoño... Ese mismo forero, en otra acertada imagen, resumía el contenido de las últimos salidas de los modelos meteorológicos afirmando que los Reyes nos han traído carbón. Y ni es dulce ni lo necesitamos para calentarnos.