Quede claro que Rubalcaba y Chacón son adversarios pero no enemigos, o al revés, ahora no caigo, y que el PP desea al PSOE lo mejor del mundo en este proceso de primarias, o de preprimarias, porque España necesita una oposición fuerte, articulada y bla bla bla. Ambos, Rubalcaba y Chacón, tienen tortícolis de mirar hacia el otro lado en las reuniones de Ferraz, donde los han puesto juntos, de modo que cuando salen a la calle él sigue con la cabeza vuelta hacia su derecha y ella hacia su izquierda, o al revés, por lo que quizá vean solo una zona de la realidad, la zona del bla bla bla. Dicen que Rubalcaba representa la experiencia y Chacón la juventud, pero muy bien podría ser él el joven y ella la mayor. Hace falta mucha juventud para aguantar la paliza que lleva dándose él desde hace meses y mucha experiencia para manejar el ministerio que ha dirigido ella, el de Defensa, del que Constantino Méndez, su secretario de Estado, afirmó que había comprado armas que no se iban a usar, para escenarios de guerra inexistentes y con un dinero del que carecían. No se entiende la falta de publicidad de las afirmaciones de Méndez, uno de los pocos políticos que al abrir la boca decían algo más que bla bla bla.

Total, que de los programas de Chacón, la experta, y Rubalcaba, el joven, sólo nos interesa saber si son de izquierdas y si lo son ahora o lo eran ya cuando gobernaban junto al Zapatero de la reforma de la Constitución o la congelación de las pensiones, el Zapatero de derechas, por decirlo rápido. Nos importa un pito quién de los dos es más catalán o más andaluz. Ya conocemos los discursos retóricos de abrirse a la sociedad y todo eso. Lo que llamaría la atención sería que quisieran cerrarse al mundo. Les pediríamos, pues, que dejaran de practicar la obviedad, que escaparan de los lugares comunes y que dijeran claramente si hay o no hay salida al capitalismo salvaje por el que ellos mismos se dejaron avasallar cuando gobernaban. Y que no conviertan esta campaña en un programa de tele-realidad con pretensiones de documental de La 2. Que no hagan mala literatura, o sea, bla bla bla, en medio de la brutalidad en la que nos hallamos inmersos. Muchas gracias.