Anne Smith ha visitado Valencia para presentar su libro autobiográfico «Memorias de una prostituta» en el «Bibliocafé» de la calle Amadeo de Saboya. Cuando David Medina lanzó su interesante «Curso Básico de Prostitución Profesional» en Russafa ya comentó lo refractarias que son las librerías tradicionales a este tipo de material. Lejos quedan las exquisitas osadías de «Caracteres» o «El Cobertizo», nuestros libreros son cada vez más conservadores.

Anne Smith es una meretriz brasileña que consiguió un gran éxito con su obra en Italia, donde la han incluido en los programas educativos para la mujer, y ahora prepara la edición mejicana que relata sus andanzas desde «streaper» en Brasil hasta la transformación espiritual en el Camino de Santiago.

Pero el libro contiene muchas noticias valencianas que la hacen merecedora de protagonizar esta sección. Cuando Anne fue reclutada en Brasil la llevaron directamente a un pub de Benicàssim y después pasó a otro de Castellón antes de iniciar su gira por otros países. Es pues un testimonio de primera mano de cómo funciona este negocio alegal.

Anne denuncia, en primer lugar, el abandono de las propias meretrices, pues cuando llega a Benicàssim una compañera afirma que están trabajando a pocos kilómetros de Portugal. Ella sale inmediatamente a la calle y se maravilla: «La playa era hermosa, me quedé encantada con el color del agua, un azul tirando a turquesa. Encontré una oficina de turismo y cogí unos folletos informativos del pueblo.» Anne acaba admirando al Cid y Jaime I.

Su descripción de los valencianos (clientes del club) es total: «La apariencia de algunos no era nada buena: feos, gordos, un poco embriagados y con aspecto de sucios». También critica el trato en la calle: «las personas nos miraban con un aire raro; mujer extranjera igual a puta». También comenta los éxitos de la Feria de Cerámica de Castellón, «venían chicas de otras partes para trabajar», así como la fogosidad de los futbolistas de Villarreal, asiduos clientes, según la autora.

Tiene al acierto de patentizar la hipocresía social valenciana: «los mismos que dicen estar contra la prostitución son los primeros en contratar los servicios de las prostitutas… no es conveniente conocer a una prostituta, pero sí acostarse con ellas».

En resumen, el libro de Anne Smith es la declaración valiente de una mujer que defiende ardientemente a sus colegas: «¿Por qué los países no reconocen y regularizan la prostitución de una vez? Así al menos estas mujeres tendrán derecho a una asistencia médico-legal y no estarán más al margen de la sociedad, tendrán derechos y no solo obligaciones».

Si todas las profesionales del amor fueran tan contundentes como esta mujer, se acabarían las mafias, los maltratos y la explotación sexual que este secretismo hipócrita de los gobernantes fomenta desde el más oscuro de los silencios. Bravo por ella.