El presidente de la Generalitat manifestó en octubre su vergüenza por las indemnizaciones suculentas de directivos de la Cam. En diciembre señaló que las conversaciones emitidas en el «juicio de los trajes» podían avergonzar al más pintado. Palabrita de Niño Jesús que lo dijo. Y esta semana reconoció sentir igualmente vergüenza de las imágenes en las que se ha visto a alumnos y profesores cubiertos con mantas en las aulas para protegerse del biruji. Cuántos discursos le habremos escuchado a su antecesor en el cargo hablar de las excelencias entre las que nos movíamos y resaltar la fortaleza que constituía haber metido a Alicante en el cuarto puesto de la clasificación poblacional, además de contar con la tercera. Habría quien no entendiera el alcance de un avance de esas características, pero hoy ya podemos confirmar que lo decía porque, cuanto más seamos y más nos juntemos, más calorcito podremos darnos. La pega es el desequilibrio temático. Porque, mientras esta táctica viene bien en centros educativos, en cambio, en el ámbito judicial, como funcionarios y usuarios se descuiden, pueden salir chamuscados por la forma en que funciona la calefacción, sin entrar en otros conductos.

Y, coincidiendo con la exclamación horrorizada este martes del molt, el noveldense Victorino Gómez Valero, al frente de la segunda empresa de grupos electrógeneos más antigua de España, ha saltado para advertir que no puede más tras 37 años de esfuerzo: «Ahora estoy en quiebra gracias al Consell. Fueron los responsables de la Conselleria de Educación los que se pusieron en contacto y me pidieron un presupuesto. Cumplí escrupulosamente con lo acordado, subcontraté la instalación de toda la maquinaria con una empresa de Valencia a la que debo 52.000 euros. He llamado a todas las puertas, pero no me pagan. Así que me han hundido por completo y, por culpa del Consell, me toca cerrar un negocio en el que he depositado mi ilusión y toda mi vida». No es por nada pero, a fin de ganar tiempo, sugeriría al señor Fabra que su exclamación favorita la deje grabada.