Lo siento pero debo insistir en el tema de los incendios porque siguen estando, desgraciadamente, de actualidad. Después de todo lo que ha pasado en Valencia y Castellón, el pasado jueves le tocó a mi comarca y vi como me quemaban un trozo de Mariola, entre Cocentaina y Alcoi. En Canal 9 daban imágenes del incendio y dudaban de si estaba afectando al Parque Natural, ignorando que toda Mariola es Parque Natural. No voy a insistir aquí en las causas estructurales, el abandono del monte y del campo, y en las más coyunturales, una nefasta política de extinción y, sobre todo, de prevención de incendios forestales. No obstante, en cuanto a las causas físicas, en los otros incendios se insistió hasta la saciedad en la regla de los tres treintas: más de 30ºC de temperatura, vientos de más de 30 km/h y humedad relativa inferior al 30%. Tanto es así, que en un programa de Canal 9 me instaron a que confirmará que ésta era la causa principal del incendio y el Conseller insistía el otro día en el Parlamento en esta regla como plaga bíblica incontrolable, ante la que nada se puede hacer. Como el programa de Canal 9 era en directo y no se podía manipular yo intenté insistir en que esas causas naturales y la sequedad del terreno en el bosque mediterráneo eran consustanciales a él y estaban presentes todo los veranos, pero lo principal era el factor humano antes citado, sin olvidar la chispa definitiva desencadenante, llámese negligencia, o mala intención manifiesta. En cualquier caso, el incendio de Mariola se inició cuando soplaba un húmedo levante, la temperatura apenas llegaba a los 30ºC y la humedad era relativamente alta. Esa regla tiene una base real pero que no nos cuenten milongas, no es la única razón y se puede combatir. Cuando veía todo los efectivos de funcionarios y voluntarios que apagaban el incendio, al pensar como les han dejado sin extra de Navidad a los unos y sin subvenciones a los otros, y me acordaba de la que nos invitaba a jodernos, me quemaba aún más.

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