No hay una tabla que nos diga cuándo algo deja de ser normal para convertirse en sistémico. En términos vulgares sistémico es aquello que si cae se puede llevar al sistema por delante. Un país grande, como España, es sistémico, uno pequeño, como Grecia, no lo es. Un gran banco es sistémico, uno de reducida dimensión no. O sea que al final el tamaño sí importa: Importa tanto que de él depende que venga Superman en tu ayuda o no. Un individuo, en general, no es sistémico, aunque en España podría serlo el Rey, y en el orbe el Papa. Ante una tormenta con trazas de acabar en diluvio, el individuo sólo puede convertirse en sistémico, y con derecho, por tanto, a subirse al Arca de Noé, si se junta a otros, hasta formar multitud. Una multitud plantada en la calle y sin disposición a irse puede ser sistémica. A lo mejor, visto que el sistema va agotando sus recetas, acaba siendo la única salida.