Le preguntaron a un intelectual argentino sobre la violencia contra los animales. Dijo: «Si la Biblia hubiera contenido una sola palabra contra el maltrato, cientos de miles de animales hubieran evitado el sufrimiento». En dos semanas han muerto cuatro astados en las calles valencianas. El lúgubre catálogo se inició con «Brusco». En los cuatro casos, según el conseller del ramo, Serafín Castellano, se ha abierto una investigación. ¿Cuáles son los resultados? ¡Ah! Pertenecen a la esfera de los misterios. La investigación, en estos casos, se abre y se cierra compilada en un marmóreo silencio. Se ha de cubrir el expediente, para taponar derrames judiciales, y si la opinión pública desconoce el relato del suceso, pues mejor. Y como tampoco hay veterinarios en los festejos €a diferencia de otras autonomías€, la Generalitat puede descansar en paz, al igual que las vacas extinguidas. Todos al cielo. En fin, cumplimos con los rigurosos déficit alemanes, glorificamos Europa y por las calles expiran los toros entre risotadas. España.