Las distintas federaciones y asociaciones de mujeres empresarias y profesionales de la Comunitat Valenciana se han convertido en foro y lugar de encuentro donde mujeres empresarias son escuchadas, atendidas, asesoradas y reconocidas en el difícil y complicado mundo de los negocios. Por delante se enfrentan a un reto fundamental para el avance de nuestra sociedad: hacer más visible a la mujer dentro del mundo empresarial y aumentar su participación en los centros de decisión, defendiendo sus derechos y mostrando a la sociedad, que en este ámbito, por desgracia, todavía existen desigualdades.

Porque la gran apuesta de las empresas del siglo XXI es alcanzar la igualdad. Que nunca más, nadie tenga que alzar su voz para reivindicarla. Hoy, igualdad en la empresa es sinónimo de mayor productividad. Tenemos que ser todos conscientes, y por supuesto los empresarios también, de que promover una mayor igualdad entre hombres y mujeres, aporta ventajas económicas y empresariales a nuestro sector productivo.

Las mujeres cuentan hoy con un factor de formación y cualificación muy elevado. Por naturaleza, son luchadoras. Las mujeres aportan a las empresas entusiasmo, tesón, empatía y un análisis más profundo de las cosas; un planteamiento ético diferente, mirando la rentabilidad, pero también trabajando en equipo y fomentando la innovación.

Y hoy más que nunca, ante la difícil situación económica que estamos viviendo, la suma de talentos se hace fundamental. No podemos permitir que en pleno siglo XXI la tasa de población activa sea 15 puntos inferior entre las mujeres que entre los hombres. O que algunas mujeres tengan que trabajar 14 ó 15 meses para ganar lo mismo que gana un hombre en un año. Y todos sabemos que los puestos de alta dirección están ocupados mayoritariamente por hombres.

Por ello, tenemos que trabajar conjuntamente, hombres y mujeres con el objetivo de acabar con estas desigualdades. El Gobierno valenciano tiene una clara y manifiesta vocación social. Y está trabajando para cambiar nuestra forma de entender la igualdad. Porque ésta no es solo una cuestión que afecta en exclusiva a las mujeres, sino también a los hombres.

Sin el esfuerzo y el compromiso tanto de hombres como de mujeres, sin nuestro reconocimiento a las injustas desigualdades que hoy en día persisten, no conseguiremos una igualdad real entre mujeres y hombres. Es una labor conjunta conseguir que los hombres hablemos de los asuntos que preocupan a las mujeres, que nos sintamos avergonzados por las grandes desigualdades salariales por razón de sexo, y que defendamos a pie de calle, que la igualdad es un derecho irrenunciable.

Porque la igualdad de oportunidades, además de un derecho, es una batalla diaria, que todos sin excepciones tenemos que librar para ganarla.