Tendemos a interpretar los datos que se refieren a España de forma aislada, como si fuera un caso, y cuando Bruselas o el FMI hacen recomendaciones o ponen exigencias, no se pueden entender cabalmente si no se establece el marco de referencia, que es un mundo vasto y complejo de la Comunidad Europea o del mundo mundial (y los mercados, que parecen no tener ni control ni agentes reconocibles).

En estos momentos, nuestra situación en el Mediterráneo y también en lo económico tiene mucho que ver con lo que pasa en Estados Unidos, metidos en la campaña electoral a la Presidencia y con el objetivo de derribar a Obama. Las políticas de inversión y empleo que propugnaba, o de mayor control y actividad „del Banco Central Europeo, por ejemplo„ están en el centro de la batalla ideológica y sujetos a las presiones de quienes no le quieren ver en un segundo mandato. En ese campo la referencia a Europa es siempre negativa „se olvida lo que va bien, se deja de lado a países que han aguantado mejor la crisis„ y España, Hollande, el líder socialista francés, y Obama, se mezclan en un revuelto absurdo, para hacer daño a tres bandas, y presumo que lo logran, además de manipular a la comunicación y enredar o confundir.

El otro eje, por desgracia, está situado en los países que hicieron su primavera árabe, y que habían celebrado elecciones, con unos resultados u otros. Parece que hay interés en que no se estabilicen las mayorías surgidas de las urnas o hacer saltar los pactos. Y más cuando entran en juego grupos fundamentalistas, actos de violencia, o terrorismo. Todo parece complicarse en pocos días y demostrar así que la buena voluntad no ha bastado o que los problemas graves subsisten o que se han agravado.

En este cuadro de conjunto pienso que no está de más separar lo que es coyuntural, fruto de una casualidad, de una ocasión aprovechada, y lo que estaría gestándose, planificado, fruto de una cadena, y de un sistema, desde luego internacional, o con ramificaciones en algunos de los países en los que ha estallado la cólera, como si fuera espontánea. Deja la política de Obama y Hillary Clinton al borde del precipicio o muestra las costuras, en Yemen, Egipto, donde tanto se ha trabajado, o en Sudán y en Afganistán, más previsible, en guerra. Pero hay muchos intereses en juego, la industria armamentística la primera, las compañías internacionales de seguridad privadas, el juego de pactos en esta zona, con influencias diversas y con mucho petróleo(cada vez más caro).

Puede dudarse que quien juega así de fuerte no aprovecha la ocasión. Por situaciones vividas en otras áreas del mundo sabemos que entran en juego fuerzas poderosas, con resultados terribles a veces. Así que estamos condenados a respirar en este mundo, a correr este peligro „tal vez una escalada„ y a ser más cautelosos, en lo político y lo económico, para no desbordar el marco o convertirse en el objetivo del choque.