Como todos los ciclones tropicales del Atlántico Norte, Nadine se formó probablemente en las costas de África, a unos 5-10º de Latitud Norte, en una zona de calmas. Sería apenas una pequeña borrasca tropical que, como casi todas las demás, seguiría rumbo este, hacia el Caribe y la costa sur de Estados Unidos, ganando cada vez más en potencia al encontrar aguas cada vez más cálidas. Posteriormente, la mayoría de estos ciclones tropicales se diluyen progresivamente rumbo norte y son atrapados por la circulación del oeste, la contraria a la que tienen en su origen, pero convertidos ya en borrascas extratropicales más "tranquilas". Lo divertido, del asunto es que Nadine ha sido atrapado por los vientos del oeste pero mucho más al sur de lo habitual, por culpa de un anticiclón de las Azores demasiado al norte. Esto ha hecho que se haya dirigido paulatinamente a una zona de calmas que hay entre las Azores y Madeira, donde ha quedado estancado, sin saber muy bien qué rumbo tomar, al tener dificultado su avance hacia el norte y hacia el oeste por ese enorme anticiclón. De alguna manera, el anticiclón de las Azores ha sido sustituido por el ciclón de las Azores. Ahora no es ya un ciclón tropical sino una tormenta tropical, pero no se deshace porque está sobre aguas relativamente cálidas y no es absorbido por las borrascas del norte. En el momento en que se escribe este artículo, sábado 22 por la tarde, nadie sabe muy bien qué hará Nadine, pero hace unos días se llegó a ver la posibilidad insólita de que entrará en el Mediterráneo y se viera reforzado por sus cálidas aguas, armando una buena. Otros modelos marcan su entrada por el sudoeste peninsular o por Galicia, como una potente ciclogénesis explosiva, y otros lo siguen dejando al sur de las Azores unos cuantos días más. Lo más divertido es que Nadine da que hablar y rompe los esquemas de predicción de todos los modelos matemáticos por su errático comportamiento.

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