Un documental, una exposición fotográfica y un libro. Tres homenajes, tres, en uno que la Universitat de València rindió ayer en defensa de l´Horta de València. Llama la atención, sin embargo, este interés cuanto menos un poco tardío por este patrimonio único cuando precisamente el campus de Tarongers se levantó sobre terreno de huerta, por no hablar del campus vecino de la Universidad Politécnica. Mantener una apuesta intelectual como se deduce de este despliegue requiere un mínimo de coherencia con los hechos que se ejecutan. «Obras son amores y no buenas razones», reza el dicho clásico. Y en este caso, las obras „al menos las conocidas hasta ahora„ testifican el desprecio de la venerable institución por ese espacio natural que caracteriza al cap i casal. Sin que conste, hasta ahora, ningún acto de perdón y contrición.