Opinión
Reinventar la democracia
En el año 2008 comenzaban a ser visibles en las sociedades euromediterráneas las devastadoras consecuencias económicas, sociales y políticas del modelo hegemónico de desregulación neoliberal aplicado por la mayoría de los gobiernos europeos y que orienta desde hace años la construcción de la Unión Europea. El proceso de reorganización de las relaciones sociales en beneficio del poder financiero y empresarial comenzó a mostrar su cara oculta: incremento de la desigualdad social, del desempleo, del deterioro de las condiciones laborales y el progresivo desmantelamiento y privatización de los servicios públicos y del Estado social.
En términos políticos, la subordinación, cuando no entusiasta colaboración, de los gobiernos de muchos de los países implicados en este proceso a los dictámenes del modelo supuso una progresiva perdida de confianza en la democracia formal y representativa y un distanciamiento creciente de la ciudadanía de los partidos y sindicatos tradicionales. La emergencia de la indignación ciudadana y sus concreciones en la primavera árabe de Túnez y Egipto o en las demandas de «democracia real» del 15M español estaban por llegar; pero ya era evidente que la acción política requería nuevos actores capaces de intervenir local y globalmente.
En este contexto, un grupo plural de ciudadanos y ciudadanas de diversas latitudes del Mediterráneo se comprometieron en impulsar activamente la emergencia de la ciudadanía mediterránea en la perspectiva de una nueva comunidad de pueblos del mediterráneo. Nacía la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas del Mediterráneo (ACM). La acción cívica de sus promotores, recogida en su carta de constitución, ha asumido la tarea de consolidar el papel de la región mediterránea como actor político, social y cultural, propiciando desde la diversidad ciudadana propia de su identidad cambios y transformaciones sociales en sus dos orillas. Unos cambios orientados hacia la consolidación de los valores democráticos, el compromiso por la paz, la libertad, la dignidad, la solidaridad y la tolerancia. Reconociendo el papel central de las diferencias en la construcción de la igualdad social y de la sostenibilidad en las relaciones de intercambio con el medio natural.
La primera reunión de la ACM se celebró en Valencia en julio de 2010 y se preguntó sobre la relación de la ciudadanía y las instituciones públicas en el espacio mediterráneo. El siguiente encuentro tuvo lugar en Túnez, en diciembre de 2011, cuando ya en ese país y en otros la ciudadanía había lanzado con gran determinación los procesos de cambio conocidos como primavera árabe. La ACM se centró en esa ocasión en un diálogo sobre las transformaciones en curso, las instituciones públicas y la ciudadanía en movimiento. La tercera reunión se celebró a finales de octubre en la ciudad de Volos, en un país mediterráneo de la Unión Europea, Grecia, que, como Portugal o España, está sufriendo en propia carne los negativos ajustes sociales impulsados por las políticas neoliberales. En Volos se ha podido comprobar cómo la crisis y la exigencia ciudadana de cambios están recorriendo el conjunto de los pueblos del Mediterráneo.
La ACM se ha dotado de un consejo consultivo responsable de promover y dar soporte a las demandas e iniciativas específicas del proyecto. El consejo está compuesto por personas singulares procedentes de diversos países y diferentes extracciones socioprofesionales con experiencia y visibilidad pública en la comunidad mediterránea. Cuenta también con múltiples círculos de ciudadanos y ciudadanas, de ámbito local y concebidos como espacios abiertos de diálogo, intercambio de experiencias y propositivos, situados en diferentes países de toda la cuenca mediterránea.
La asamblea ha ido construyendo progresivamente un espacio privilegiado para el encuentro de la ciudadanía, el diálogo plural y el diagnóstico de las diversas y variadas realidades del viejo Mare Nostrum. También ha ido consolidando una línea de acción a través de diversas propuestas de sus círculos ciudadanos y de las declaraciones del consejo consultivo. Declaraciones que, por citar las de la reciente reunión de Volos, han apoyado la movilización ciudadana, convocada el pasado miércoles en forma de huelga general en los países euromediterráneos; han condenado la violencia militar gubernamental desatada en Siria; o han constatado el ingente coste social y fuerte crecimiento de las desigualdades que se está produciendo en Grecia y en el conjunto de los países de la Europa mediterránea.
La ACM se ha incorporado a la escena cívica y social del mundo mediterráneo. Frente al futuro trágico que propone el modelo neoliberal, sus miembros son conscientes, como oportunamente observó Walter Benjamin, de que no hay futuro si no viene del pasado, del pasado de los vencidos.
[Signen també Lola Bañón, Maite Ibáñez, Margarita Belinchón, Manuel Rodríguez, Regina Laguna, David Torres i Ofelia Vila.]
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