Opinión

La demagogia como defensa

El president de la Generalitat, Alberto Fabra, reclamaba el jueves «menos demagogia y más esfuerzos» con los desahucios, y se comprometía a «seguir ayudando» a los que sufren este «grave problema», que es una «lacra social». Chirría que el máximo representante de los valencianos pida «menos demagogia», porque su deriva política es la esencia de ese concepto: una suerte de degeneración democrática, que consiste en tratar de conseguir o mantener el poder mediante concesiones y halagos a los sentimientos más elementales de los ciudadanos. Vamos, anfibologías por un tubo. Yo le diré lo que no es demagogia. Una inmigrante viene a Valencia desde Guinea, tiene oficio, es enfermera, se trae a sus padres y a su sobrina, una niña discapacitada, para que tenga una oportunidad. Ahora malvive con subempleos y lucha porque sus padres recuperen la cobertura sanitaria que les deniega el PP por decreto. Tiene miedo al desahucio y al precio de los medicamentos. Es sólo un caso, pero paradigmático. Yo que ustedes erradicaría la demagogia como defensa política, porque es como la gangrena, cuyo pronóstico no suele ser bueno y termina con amputación.

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