Israel con límites

Habló la káiser Merkel y dijo: «Israel tiene derecho a defenderse». Ahora dígame algo que no sea obvio como, por ejemplo, la proporción y oportunidad de la respuesta ¿Que los alemanes no tienen derecho a dar lecciones morales? Por supuesto que pueden, que podemos. Es más, debemos darlas, aunque sólo sea en calidad de europeos. Porque el odio al judío es un mal estrictamente europeo, un veneno obtenido en los laboratorios teológicos cristianos, una peste con la cara blanquísima. Odio al judío había „y en niveles extremos„ en Polonia, Francia y Austria (y Rusia y España), países cuyos nombres no suelen unirse tan ominosamente a los horrores del Holocausto, pero que también se las traían. Los alemanes, como corresponde a su carácter, hicieron todo lo posible por llevar el delirio hasta sus últimas consecuencias.

No será revolcándose en viejas culpas „bañarse en el lodo es de cerdos„ como Alemania y Europa prestarán algún servicio a Israel „y de paso, a Palestina„, no es con el apoyo incondicional a las decisiones del Estado judío como Europa conquistará algún respeto por sí misma (que es el único que debe importarle), sino, precisamente y en tanto que problema suyo (es decir, creado por ella), marcándole límites, actuando. Es lo más decente y provechoso a la larga. Tarde o temprano despertarán los pueblos musulmanes (algunos como Turquía andan ya muy espabilados y Egipto le va a la zaga) y entonces, sin la instrumentalización del conflicto palestino por parte de Estados Unidos y de los reyezuelos de las tiranías petroleras, ¿qué hará Israel? Siempre puede decir que ya veremos.

De acuerdo, pero ahora el judío se llama palestino: cuanto más tardemos en asumir esta evidencia, más dolor para quienes no tienen la suerte de ver, como nosotros, los toros desde la barrera, de momento. El Estado palestino viable y con límites seguros y respetados será un buen instrumento político. Ponerlo en marcha es tarea de todos, no sólo de los palestinos masacrados, dispersos y empobrecidos por el hecho de serlo: como los viejos judíos.

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