La lucha por la igualdad entre hombres y mujeres es hoy más desigual que ayer. Mercedes Milá, la combativa periodista que es desde hace décadas una referencia en el terreno de la independencia, ha renunciado a ser condesa de Montseny, título que le correspondía como primogénita tras la muerte de su padre, y el diploma pasa al hermano varón, tras apartarse de la sucesión otras dos hermanas intermedias. Dice un dicho popular que entre padres y hermanos nadie ha de meter las manos. Puede que la Milá tenga razones familiares o personales para rechazar el condado, pero si hubiera renunciado sólo porque no quiere tener un título de nobleza, ha de saber que son muchos quienes piensan que hace peor servicio a la igualdad entregando su herencia al varón que llevando el condado con resignación hasta que la Naturaleza haga su trabajo. El mundo está lleno de mujeres (algunas de ellas infantas de España) relegadas por ley. Y la Montseny les hace hoy un flaco favor.