Opinión

Un alarde de sensibilidad

La exministra de la Vivienda, María Antonia Trujillo, enriqueció el debate sobre las propuestas para frenar la ola de desahucios por no poder afrontar el pago de la hipoteca con una visión muy social: «El que tenga deudas, que las pague. Que no se hubiera endeudado». Sí señor, así habla una socialista. Un alarde de sensibilidad el de esta mente preclara que se inventó lo de los pisos de 30 metros cuadrados con los que sufren el drama de quedarse en la calle. O sea, que te quedas sin trabajo, se te acaba el paro, vives de un subsidio, no puedes hacer frente a la hipoteca y eres un irresponsable. Con gente así es lógico que el PSOE no levante cabeza y desaproveche el desgaste que ha experimentado el PP en un año de (des)gobierno. O le dan una vuelta al partido como un calcetín, o va camino de un varapalo mayor del sufrido en Galicia, País Vasco y el previsible de Cataluña. Los actuales rostros socialistas son el pasado, corresponsables „en el grado que se quiera„ de la situación de España. Por eso aquí, en la Comunitat Valenciana, Compromís y EU se frotan las manos. No es para menos.

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